Señor Director:

Si bien es valorable que el Mineduc haya presentado el programa “Seamos Comunidad” para enfrentar los efectos negativos de la pandemia, llama profundamente la atención los escasos recursos con los que pretende combatir este terremoto educacional que se generó.

Pongamos los números en perspectiva. El costo total de $22.500 millones del programa equivale apenas a un 0,17% del presupuesto total destinado a educación. Esto equivale a apenas $7.500 pesos por niño. Por su parte, la condonación del CAE equivale a $8,5 millones por beneficiario, y el financiamiento público de la Universidad de Chile, a $4 millones por estudiante (fuente: Acción Educar). A todas luces los recursos del plan son ínfimos, con escasa probabilidad de generar un impacto a nivel agregado. El plan tampoco detalla cuántos de estos recursos son gastos corrientes (previamente comprometidos) y cuántos son recursos adicionales.

El desafío es monumental. La pérdida de aprendizajes promedio durante la pandemia fue de al menos 50%, con un daño en establecimientos públicos tres veces mayor que en colegios privados (Horizontal, 2022). Esto sin contar los problemas de salud mental y convivencia escolar.

Proponemos tomarse en serio este desafío. Al igual que en una catástrofe natural debemos movilizarnos con decisión para reparar los daños urgentes y paliar los efectos permanentes. Gastar $7.500 por niño para hacer frente a este drama no es suficiente. Si se pretende enfrentar este problema en serio, hagamos el necesario esfuerzo.

Daniel Rodríguez
Director ejecutivo de Acción Educar

Juan José Obach
Director ejecutivo de Horizonta