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Cartas
Viernes 13 de mayo de 2022
Conectividad digital en riesgo
Señor Director:
Mañana se vota en el pleno de la Convención una propuesta de la comisión de Medio ambiente que pone en riesgo la evolución tecnológica de Chile y el despliegue incipiente de 5G, así como la estabilidad de las actuales redes de telecomunicaciones y las metas de inclusión digital.
También, la capacidad de Chile de superar una de las peores crisis económicas globales en 100 años, gestada durante el confinamiento obligatorio de la pandemia y acrecentada con las consecuencias dramáticas de la guerra en Ucrania. Porque los países que mejor —y más rápido— integren la cuarta revolución industrial con el uso de nuevas tecnologías serán los que salgan más rápido de la crisis actual.
Lo que se vota mañana propone rebajar los títulos de concesiones sobre el espectro radioeléctrico —la carretera sobre la que se construye toda infraestructura de telecomunicaciones— a simples permisos administrativos, precarios legalmente y sujetos a la discrecionalidad del gobierno de turno, desconociendo las recomendaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones de Naciones Unidas al respecto.
También desconoce los dos pilares que han permitido que Chile haya pasado de ser un país rezagado tecnológicamente en 1990, tras décadas de control estatal sobre las telecomunicaciones, a ser líder a nivel regional: la apertura de la industria a inversionistas privados en los 90 y al actual régimen concesional, que es virtuoso y robusto, y establece condiciones muy nítidas de caducidad, para favorecer la inversión. Gracias a ello el 98% del país tiene redes móviles y acceso a internet, lo que nos sitúa en niveles de países más desarrollados.
Pero esto no ha ocurrido por arte de magia. La red móvil actual (sin 5G) y de fibra óptica que tenemos en Chile ha costado en inversión privada más de US$ 13 mil millones en la última década. La red 5G costará US$ 3.000 millones más solo en los primeros años, y el despliegue de la fibra óptica necesaria para soportar la demanda 4.0 sumará otros US$ 2.500 millones a mediano plazo.
¿Quién invierte en infraestructura de largo plazo sobre la cual no tiene derecho de propiedad y cuya autorización puede revocarse unilateralmente por la autoridad?
Es tiempo de cuidar nuestra infraestructura digital y reforzar su futuro porque hoy —más que nunca— el bienestar y desarrollo de Chile depende de su ecosistema digital.
Jorge Atton
Exsubsecretario de Telecomunicaciones