Hemos vivido como especie al borde del peligro. Desde lo global: amenazas climáticas, la pandemia que puso al mundo entero de cabeza y las fuertes tensiones entre los Estados, especialmente Rusia y Ucrania, que no han dejado a nadie indiferente. Desde lo local: desafíos significativos a nuestra institucionalidad desde octubre de 2019, un aumento de la violencia entre las personas, la sensación de inseguridad y falta de orden público, una ola migratoria sin igual, malestares ciudadanos a causa de la inflación y, finalmente, un proceso constituyente que tiene a la sociedad chilena expectante, pues, después de todo, existe un anhelo profundo de vivir en paz, recuperar la estabilidad y que cada ser humano pueda ir en busca del proyecto de vida que sueña.
Ante todas esas problemáticas que exigen una solución urgente, atravesamos la Cuarta Revolución Industrial, siendo testigos de la transformación radical y automatización de puestos de trabajo, lo que se proyecta afectará a un tercio de los empleos que hay en todo el planeta. Es decir, los avances tecnológicos y la digitalización de la sociedad no se detienen.
Recientemente, el Foro Económico Mundial proyectó que la transformación tecnológica creará 133 millones de nuevos puestos de trabajo para 2022. Por lo tanto, los desafíos del futuro en Chile nos requieren energía y compromiso.
En este contexto, es una buena noticia la conformación del Consejo Superior Laboral, integrado de forma tripartita por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT); la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), y el Gobierno. El foco es avanzar en políticas públicas laborales, reducción de la jornada laboral y la reforma previsional.
No cabe duda de que las prioridades son las urgencias de la ineludible contingencia, pero no podemos dejar que la coyuntura de lo inmediato nos deje atrás en la revolución tecnológica, pues esto también implica desempleo, pérdida de competitividad y menos oportunidades de desarrollo de los (las) trabajadores(as). En consecuencia, Chile necesita salir del “presentismo”, construir una visión común-compartida de futuro; consensuada, transversal, amplia, diversa y horizontal, donde las regiones tengan un rol más importante de la mano de las universidades públicas y privadas, de las empresas y las comunidades, más allá de cualquier frontera ideológica, para que nos permita aprovechar las inmensas oportunidades que están ahí esperando ser reconocidas y puestas al servicio del bien social.
Por eso, desde la comisión Desafíos del Futuro del Senado hemos invitado a trabajar, conjuntamente, a todos aquellos que desde hoy desean sembrar semillas de futuro para construir un mejor Chile. Recientemente presentamos el libro “Chile tiene Futuro, desde sus Territorios”, texto que reúne el invaluable aporte de más de 600 científicos(as) y académicos(as), chilenos(as) e internacionales, quienes —agrupados en 15 comisiones temáticas— han trabajado gratuitamente al servicio de Chile durante estos últimos tres años.
En este se introduce la necesidad de implementar una estrategia para el futuro del trabajo en el país, que permita abordar los desafíos presentes y futuros en búsqueda de un desarrollo sustentable e inclusivo, y presenta algunas experiencias internacionales relevantes. Luego, se entregan más detalles acerca de las amenazas y oportunidades para el mundo del trabajo en el contexto de la actual revolución tecnológica, considerando también las desigualdades que caracterizan el mundo del trabajo en Chile (a nivel de género, socioeconómicas y territoriales) y otras fuerzas de cambio simultáneas y relevantes (cambio climático, envejecimiento de la población y migraciones). Finalmente, concluye con orientaciones de política pública y de acciones que consideramos importantes dado el contexto nacional.
En consecuencia, la evidencia, el conocimiento y las significativas contribuciones de investigadores(as), científicos(as) y académicos(as) han estado en marcha, a disposición para que los tomadores de decisiones los consideremos, más aún en tiempos de fragmentación, donde solo la colaboración nos permitirá encontrar soluciones precisas, imaginativas y creativas a problemas complejos.
Francisco Chahuán C.
Senador, Comisión Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado