Señor Director:

En relación con el debate en torno al carácter de la policía, Juan Francisco Galli y José Miguel Poblete sí identifican correctamente la problemática. Cuando hablamos del “carácter militar” de una institución aludimos a cuestiones de cultura, organización y despliegue operativo. Entonces, la pregunta es si una organización, cultura y despliegue operativo militar son apropiados para atender cuestiones de orden público.

Por razones de espacio, me referiré solo a la cuestión organizacional. En mi anterior carta no sugiero que no existan controles —que los hay—, sino que el tipo de control en una institución militar y en una civil son distintos. En una militar, se privilegia la verticalidad organizacional por razones obvias —la preparación para la guerra—. En una policial civil se establecen mecanismos múltiples que favorecen un accountability cruzado. La experiencia comparada ilustra que de los tres mecanismos existentes —puramente externos, puramente internos y mecanismos mixtos (civilian review)—, estos últimos son los más eficientes.

Así, ante la persistencia de abusos de poder y corrupción, en varias instituciones policiales no militarizadas se han establecido instancias independientes de control, como comisiones independientes permanentes en Inglaterra y Gales o el Ombudsman en la policía de Irlanda. Se trata de instancias complementarias a los controles externos e internos, y que no podrían materializarse en instituciones militarizadas. Lo mismo respecto de políticas de protección de denuncias internas (whistleblower), vitales en una organización policial y extremadamente difíciles de implementar en instituciones militares por la naturaleza de su función.

¿Debe todo esto quedar plasmado en una Constitución? Coincido con Galli y Poblete en que las definiciones de organización de una policía deben quedar reservadas a la ley. Así, en la Constitución bastaría con indicar que las policías cumplirán la función de orden público, que serán profesionales, obedientes, disciplinadas y no deliberantes.

Claudio Fuentes S.
Académico, Universidad Diego Portales