En medio de tantas malas, dos victorias en la semana copera de Universidad Católica y Colo Colo son una excelente noticia para el fútbol chileno. Luego de tantos sinsabores adentro y afuera de la cancha, vencer a Sporting Cristal y Alianza Lima es una buena noticia, aunque la revisión del juego ofrezca lecturas opuestas. No olvidar a Unión La Calera, justo vencedor de Banfield en la Sudamericana.
La UC se impuso gracias a un penal que no fue, bien ejecutado por Fernando Zampedri. Otra vez, como ocurre de forma permanente en esta campaña, el equipo de Cristian Paulucci careció de funcionamiento. Los 20 minutos iniciales fueron de Cristal, el local tuvo una ráfaga entre los 20 y los 25, pero la refriega posterior, a partir de una falta no sancionada a Zampedri, llevó el trámite a la discontinuidad. La ventaja parcial, gracias al notable zurdazo de Marcelino Núñez, fue un espejismo. El cuadro de Roberto Mosquera se adueñó del trámite, sobre todo con el ingreso de Yoshimar Yotún y su pegada venenosa.
La Católica encontró el cacho de fortuna que sirve para seguir con vida en un torneo de resolución corta en la fase de grupos. Para un equipo que se acostumbró a ganar seguido, imponiéndose desde el manejo de la pelota, digerir el presente es complejo. Este grupo no está acostumbrado a convivir con la frustración y el técnico, a pesar de su edad, es un novato en las grandes ligas. Volver a doblegar por las franjas, desestabilizar por los pasillos interiores y asistir a Zampedri es la tarea.
La sinceridad de Paulucci en su rueda de prensa, luego de la derrota ante Deportes La Serena, develó el clima interno. Sus declaraciones, tras la victoria del martes, apuntaron a mostrar una coraza y el discurso del estoy vivo y fuerte. Los duelos ante Huachipato y Colo Colo, por el imperio de los resultados, resolverán su destino.
En Macul la sensación es opuesta. Seis puntos de seis no estaba en los cálculos de nadie, porque el rival inicial, Fortaleza como visita, presagiaba una incursión brava. Gustavo Quinteros, más allá de sus reclamos permanentes, que a esta altura tienen que verse como una estrategia para disponer del control de la agenda, construyó un cuadro maduro. Sabe presionar en la salida y por los costados genera daño con sus dos tándems: Pablo Solari-Óscar Opazo y Gabriel Costa-Gabriel Suazo. En el caso del seleccionado peruano, es relevante su intuición para despejar el pasillo cuando pasa su compañero.
En la mitad del campo, la tarea de César Fuentes y Esteban Pavez crece en la medida en que avanzan los partidos. Muerden, atosigan y entregan con criterio. Ante Alianza, Colo Colo tuvo 70 minutos muy buenos. Impidió que el adversario se armara e incluso cruzara la mitad del campo. El problema es que dudó una vez y le dio una vida a un rival, que más allá de sus malos números a nivel internacional, venía de dar pelea a River Plate, el principal aspirante a ganar la Libertadores junto a los colosos brasileños.
Viene una semana de pausa, con la necesidad de reacomodarse en el plano local. Cobresal y la UC son los oponentes antes de una prueba de suficiencia gigante: dar batalla al River de Marcelo Gallardo, un equipo que a esta altura alcanzó el honor de ser leyenda.