Mucha gente dice que esta fue otra semana mala para el nuevo gobierno. Yo —como siempre— discrepo.
Es cierto que al Presidente se le ha visto ausente… Es decir, se le ha visto, pero como ausente; ausente en el sentido “nerudiano” del término (“me gustas cuando callas, porque estás como ausente”). No se trata —ni por lejos— de la ausencia de Alberto Plaza en “De tu ausencia”. Ustedes me entienden.
Pero el problema no es el Presidente. El asunto está en la vicepresidenta (Izkia Siches ejercerá la Vicepresidencia de la República durante la próxima semana). Es ella la que ha cometido errores que han dejado secuelas.
Ya está casi todo dicho sobre su fallida visita a Temucuicui y sobre su desmentida alusión a “presos políticos mapuche”. Luego vino la utilización de la palabra “Wallmapu” (ahora sabemos que nunca fue dicha por los pueblos originarios, sino inventada en 1990), lo que generó una amarga reacción en Argentina, ya que el territorio invocado abarcaría a los trasandinos. Y a lo anterior se suma su reacción por el incidente en que un carabinero debió disparar al suelo para ahuyentar a una turba que comenzaba a lincharlo. “Es gravísimo”, dijo, y agregó que había mandado a gente de su ministerio a visitar “al niño” herido por una esquirla (y no al policía contuso).
Sí, no lo niego, son cuestiones delicadas.
Pero gracias a Dios tenemos a Will Smith.
Will Smith es el actor que abofeteó a un presentador en la última ceremonia de entrega del Oscar. Fue trending topic en Twitter el domingo en la noche y todo el lunes.
Al principio alguna gente se confundió con el hecho, no sabían si era cierto o una sofisticada acción publicitaria, y tampoco había unanimidad sobre si Will había actuado bien o mal.
Todo eso da lo mismo (comunicacionalmente hablando): la opinión pública estimó al final que era todo cierto y que Will era culpable. Entonces Will Smith no tuvo más opción que salir a pedir perdón. “Entrégate, Will”, le dijeron sus asesores. Y lo hizo, calculando que el daño reputacional podría ser irreparable.
Mi tesis es que el ejemplo de Will iluminó el pedregoso camino de Izkia, que debe haber observado con la misma ansiedad del actor gringo la manera en que la gente juzgaría sus propias actuaciones públicas. Ella, que es fiel seguidora de las redes sociales, debe haber revisado con angustia tanto lo que se decía sobre ella como lo que se decía sobre Will.
Y el desenlace fue el mismo: Izkia se tuvo que entregar y salir a pedir perdón. Se fotografió el martes con el carabinero agredido y luego se disculpó por hablar de Wallmapu. Como la cirujana que es, tendrá que extirpar de su léxico la voz Wallmapu.
No se pierdan: es una buena noticia para Chile la manera en que reaccionó la vicepresidenta Izkia Siches (¿nuestra futura “señora K”?).
¿Se imaginará Will Smith cómo su irracional bofetada provocó un vuelco político en nuestro país? Es que nadie sabe para quién trabaja. Lo que Will podría copiarle a Izkia es la foto: Will Smith posando junto a Chris Rock, igual como ella lo hizo con el carabinero, sería cool. Darle la idea a Will sería una linda manera de retribuir lo que hizo por nosotros. ¿Quién podrá mandarle el recado? ¿Malucha Pinto, los hermanos Larraín, Rafa Araneda? ¿Quién lo ubicará?