El fútbol es tan generoso que otorga a Chile una última posibilidad de acceder a la Copa del Mundo de Qatar. Lo obliga a ganar a Uruguay, rival complejo desde siempre, y ubica dos obstáculos: que Perú y Colombia no venzan a Paraguay y Venezuela, respectivamente. Si se dan estas combinaciones, existirá una última valla: el repechaje con un representante de la eliminatoria asiática.
Lo más complicado es confiar en la Roja. Hasta ahora no se impuso a ninguno de los clasificados y enredó puntos con adversarios ya eliminados. La derrota en Caracas y el empate con Bolivia en San Carlos duelen en el repaso. El equipo que dirige Martín Lasarte capturó ocho puntos fuera de casa, al superar a guaraníes y bolivianos, más los empates con Argentina y Ecuador. Suficientes para aspirar a un pasaje directo con una campaña mediana como local.
Chile estuvo lejos de ser un cuadro fuerte e intimidante en casa. Solo ganó a Perú, Paraguay y Venezuela. Con un registro tan feble es imposible soñar con la fiesta de noviembre. Los discursos demagógicos o voluntaristas se aferrarán al prestigio y las glorias de los líderes futbolísticos de este grupo. Una dinámica a la que se recurrió en cada jornada, porque al final del día este juego ofrece cierta racionalidad. Los rendimientos decrecientes y la pérdida de protagonismo internacional de los estandartes son la evidencia de una etapa que viene en caída libre, porque la distancia entre los relevos y los actores principales es gigantesca.
En Maracaná, el conjunto nacional sufrió con la presión del Scratch. La escuadra de Tite lo empujó antes de la apertura a sus 30 metros finales, mandó a los volantes a recibir de espalda y al repliegue de todos, porque no había cómo salir. La abrumadora diferencia atlética y de ritmo marcó el trámite. Los cinco minutos previos al penal de Mauricio Isla sobre Neymar fueron un martirio, con tres situaciones claras de Brasil, con buenas respuestas de Claudio Bravo. En la acción posterior, el arquero se equivocó en la salida, hubo mala fortuna, porque la agarró Antony —un extremo con futuro de Premier League— y se bajó el telón con la definición de Vinicius. Al atacante del Real Madrid lo vimos en Santa Laura, en un amistoso contra la Sub 20 que se preparaba para el Sudamericano de Rancagua.
La anécdota que concluye el párrafo anterior resume en parte lo que ocurrió en este ciclo. Los rivales abastecieron sus estanques con jerarquía y piernas frescas. Nosotros seguimos aferrados a nuestros cracks de alta gama, que cada vez tienen que pasar con mayor frecuencia por el taller de reparación.
Con la Celeste se jugará en la última ficha, tal como ocurrió rumbo a Alemania 2006 frente a Ecuador. La presencia de Ben Brereton es vital, aunque solo él y el cuerpo médico saben en qué condiciones estará. Anhelamos una noche memorable, aunque la realidad toca la puerta.
Mientras ocurre esto, aún no sabemos qué piensan la ANFP y sus clubes sobre la denuncia de presión indebida a los integrantes del VAR en el partido entre Huachipato y Deportes Copiapó por la promoción. Pasaron más de 48 horas y ni siquiera un desmentido a la nota en la revista Tribuna Andes. En un fútbol en el que se pasa WO en cuatro partidos de la Copa Chile, nada nos sorprende.