No ha sido fácil la instalación del nuevo gobierno del Presidente Boric. Una transmisión del mando impecable, desde todo punto de vista, con la excepción de no haber mencionado en su discurso al Presidente Ricardo Lagos Escobar, pero en los días siguientes existieron muchos errores no forzados: la visita de la ministra del Interior a Temucuicui; el nombramiento y desistimiento posterior del sacerdote jesuita Felipe Berríos para enfrentar los temas de los campamentos; el absurdo debate con la Casa Real Española sobre si el rey se había atrasado o no en las ceremonias y, para no seguir, el debate sobre el concepto de “preso político”.
A lo anterior se suma en la semana siguiente, la que está concluyendo, un potencial problema de mayor envergadura, cual es la fractura de una parte de las bancadas oficialistas en el Parlamento con el Gobierno en materias como el quinto retiro del fondo de pensiones y el de la urgencia al proyecto de ley de indulto a los manifestantes posrevuelta.
La reunión de ayer en Cerro Castillo, entre el Presidente y su equipo, y las bancadas oficialistas, da cuenta del problema. Tengo la impresión de que en parte de los partidos oficialistas, y particularmente en sus bancadas parlamentarias, aún no existe plena conciencia de las dificultades que enfrenta el Presidente Boric. La principal dificultad es que estamos frente a un gobierno cuyo programa es el más transformador en lo político, económico, social y cultural desde 1990, pero dicho horizonte estratégico tiene la dificultad objetiva y estructural de ser minoría en ambas cámaras: el oficialismo en la Cámara de diputados alcanza, teóricamente, a 67 diputados, mientras que la oposición de derecha suma 68 diputados, la bisagra que permite alcanzar la mayoría la constituyen 8 diputados democratacristianos, 7 del Partido de la Gente, 3 humanistas y 2 ecologistas. Tamaño inconveniente, el programa transformador no cuenta con mayoría en ninguna de las dos cámaras. Adicionalmente, por primera vez desde 1990, el Gobierno se sostiene en dos coaliciones: Apruebo Dignidad y el bloque del Socialismo Democrático, que suman 14 partidos y movimientos. Si en la Concertación ya era difícil gobernar con 4 partidos (DC, PS, PPD y PR) y en la Nueva Mayoría con 6, imagínense lo que es gestionar el Gobierno con 14.
Del cuadro anterior, se deduce que el programa transformador del Gobierno requiere como prioridad absoluta la unidad de las dos coaliciones en torno a dicho programa, y particularmente unidad, disciplina y lealtad en las bancadas parlamentarias del oficialismo. No existe espacio político para los emprendimientos individuales, autonomías mal entendidas y el “discolage”. El mejor ejemplo de lo descrito es el debate entre el Gobierno, los partidos y sobre todo las bancadas parlamentarias en lo referido al proyecto de reforma constitucional para obtener el quinto retiro del fondo de pensiones de las AFP.
El Presidente, su comité político y en particular el ministro de Hacienda han sido enfáticos en sostener que las circunstancias cambiaron con respecto al gobierno anterior de derecha y los necesarios primeros retiros. Los parlamentarios oficialistas, que salieron elegidos apoyando al Presidente Boric, no pueden desconocer la opinión del Presidente en esta materia. Si se carece de la unidad imprescindible y cada parlamentario hace una pyme, nos encaminamos a una enorme frustración ciudadana, la cual ha depositado en el Presidente y su gobierno la esperanza para vivir en una sociedad mejor y más justa.
Solo pongámonos en las reformas más sustantivas que se aproximan, como la reforma tributaria y la reforma previsional, así como legislación laboral relevante como las 40 horas, el salario mínimo y la negociación colectiva por nivel, para solo enunciar transformaciones muy relevantes que serán contradichas por todo el poder político, económico y mediático de la derecha que, para estos efectos, no se pierde un minuto en la defensa de los intereses afectados por estas reformas.
El que el Presidente haya tenido que convocar a la reunión de ayer en Cerro Castillo a solo 15 días de haber asumido el mando de la nación refleja el problema que se está viviendo.