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Cartas
Jueves 17 de marzo de 2022
Santiago agoniza
Señor Director:
Otrora calles limpias, Plaza de Armas con niños jugando, organilleros con su música alegre, la típica foto del caballito en la plaza. La capital era admirada por visitantes extranjeros que comentaban “qué bella ciudad, qué ordenada, qué segura y sus policías impecables y elegantes”.
Santiago capital era un orgullo, amistosa, caminarla era un placer, un paseo obligado desde Plaza Baquedano, que tantas veces albergó celebraciones de grandes triunfos, hasta calle Meiggs, con su tradicional comercio, frecuentada por cientos de personas inclusive desde regiones. Desde Persa Bío-Bío, Barrio Franklin, hasta Parque de Los Reyes y Parque Forestal, con una variedad de museos para recorrer; barrios patrimoniales aún con vías de adoquines que nos remontan a la década de 1870, cuando el intendente de Santiago don Benjamín Vicuña Mackenna las propusiera como mejoras para la capital. Que acoge los primeros barrios de la ciudad, con sus suntuosos palacios, donde residieron importantes personajes de la historia de Chile y, por cierto, donde se encuentran los principales organismos del Estado.
Sin embargo, hoy por hoy, residentes y todos los usuarios que vienen a la comuna presenciamos con congoja delincuencia, balaceras, violaciones, carros de venta de comida ilegal por doquier, basura en cada esquina y en cada rincón, calles usadas como retretes, prostitución callejera, gritos, robos, motochorros, drogadicción, estridentes juergas nocturnas. Recorrer sus calles y avenidas, galerías, cerros, restaurantes, plazas y parques ya no es un panorama para los habitantes del distrito. Nuestra sensación de incertidumbre y temor aumenta cada día, situación que afecta a todos los barrios de la capital de Chile.
El respeto por su historia, por sus calles, por sus residentes ya no existe, la deferencia hacia el otro, el sentido común, la confianza son valores elementales y estos ya no se conjugan en la comuna, porque Santiago agoniza.
Susana Cea Leiva