Señor Director:

Los ferrocarriles han sido, sin duda, parte vital en la historia de la humanidad. Nos llevan a destinos a través de sus vías y medios. Podemos sacar de ellos muchas lecciones. Me permitiré hacer un símil entre este noble sector y la sociedad y sus actores.

El Estado representa a los diseñadores y constructores de las vías férreas, definen el trazado y el destino de manera que el tren circule y llegue al final del tramo en forma segura.

El gobierno de turno representa a los jefes de estación, cuida vías, mantenedores, etcétera, que permiten que el tren pase por los diferentes tramos de la vía con seguridad.

Los ciudadanos somos los vagones, que esperamos ser impulsados al destino por uno de los actores más importantes, la locomotora. Esta es representada por emprendedores, empresarios e inversionistas, que colocan la energía necesaria para llevar los carros a su destino.

Veo, con mucha preocupación, que los actuales “diseñadores, constructores, jefes de estación, cuida vías y mantenedores” están impulsando iniciativas que implicarán que nadie quiera ser locomotora y que los vagones queden abandonados a mitad de camino, sin lograr arribar nunca al destino esperado: el desarrollo.

Werner Jungk Maldonado