El Presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, y el pueblo ucraniano son héroes indiscutidos, su epopeya ya ocupa un sobresaliente lugar en la historia de la humanidad. Pueblos unidos por valores superiores en defensa de la patria inspiran y forjan héroes.
Los ucranianos han sufrido meses de amenazas, semanas defendiendo su soberanía. Su hazaña continúa. Puede durar largo tiempo. El desenlace dependerá del respaldo internacional, hasta ahora más bien retórico que efectivo.
Sorprende que aún esté vivo Zelenski. Símbolo de valentía de un pueblo orgulloso de su libertad, identidad y cultura. Ha demostrado un liderazgo excepcional. Su vida está en constante peligro. Eliminarlo es un objetivo declarado. Rusia busca reemplazarlo por un Presidente dócil, que acepte ceder territorios y la autonomía de Ucrania. De prosperar este cometido, la invasión, desconocimiento de los límites nacionales y del Derecho Internacional serían un fatal precedente, un tóxico modelo a seguir.
Eso explica la condena de la invasión, aunque sin sanciones, por más de un centenar de miembros de Naciones Unidas (ONU), con solo cuatro votos en contra. La falta de sanciones de la ONU es prueba de ineficacia del multilateralismo, en esta y otras situaciones que comprometen intereses de grandes potencias. Las medianas y chicas quedan libradas a sus medios.
Zelenski exhibe una ejemplar lección de coraje al rechazar la temerosa oferta norteamericana, extraerlo y protegerlo en el extranjero. En vez de la fuga, el Presidente prefirió seguir luchando, desplegando excepcionales atributos comunicacionales. Su lenguaje sencillo, cercano, fácil de entender y repetir, con uso inteligente de las redes sociales y videos, alienta a su pueblo y militares, se dirige a los parlamentos extranjeros, atrayendo la solidaridad mundial como ningún otro mandatario lo ha logrado.
La acogida de la ayuda solicitada a gobiernos extranjeros ha sido débil, temerosa, reducida principalmente a sanciones económicas a Rusia y prominentes autoridades y empresarios que respaldan a Vladimir Putin.
Bajo el argumento de no escalar el conflicto, los gobernantes supuestamente más comprometidos con las libertades y la paz se limitan a entregar ayudas humanitarias y cantidades reducidas de armamentos defensivos, descartando envíos de tropas, material de guerra de tecnologías avanzadas, capaz de impedir la invasión y lograr protección de ataques de artillería, misiles y bombardeos desde aviones a gran altura.
El heroísmo del Presidente Vladimir Zelenski y los ucranianos es extraordinaria valentía, reconocida como la mayor de las virtudes; sin ella no se pueden poner en práctica ni garantizar las otras virtudes.