Cavar un hoyo en la tierra, rodearlo de piedras y con hojas de nalca tapar los ingredientes, que no son los habituales ni corrientes, porque no es un curanto normal, sino uno de excepcional cocimiento para un día y hora decisivos: martes 1 de febrero a las cinco de la tarde.
A esa hora exacta empezó a morir Ignacio Sánchez Mejías y por ahí partamos: gotas de arsénico, motas de algodón rojo, tiras de sábana blanca y el poema de Federico García Lorca.
Y lancemos un texto de no ficción o quizás de ficción, es discutible, al hoyo brujeril; es un libro viejo y subrayado con lápiz Bic de punta gruesa, lo firma su autor A. Pinochet U., y no es tanto por el contenido, sino por el título: “El día decisivo”.
Un soquete derecho de Patricio Yáñez, usado y desteñido, por favor.
Un soquete izquierdo de Jorge Aravena, desde luego raído y mejor si deshilachado, por favor.
Es que ya pasó la hora de los análisis y los especialistas, ahoguen a los columnistas brillantes, asusten a los opacos y espanten a los comentaristas del multiverso. Y si no quieren por las buenas, que sea por las malas. Estamos en esa y no hay más.
Ahora vamos por la hechicería, el milagro pagano y vengan los conjuros mágicos. Métanle lo que puedan y encuentren, desde clásicos universales a frutos del país. Sin vergüenza ni pudores, con fe. No hay otra: suéltense los pantalones, exhiban la guata y los calcetines horadados. Pidan, humíllense y rueguen.
Consigan a tres brujas, hay muchas y abundan a lo largo del territorio, y leamos sus frases proféticas escritas con tinta negra, cuyo destino es nutrir el curanto portentoso:
—“Cuídense de Moreno Martins, así como antes de Macduff”.
—“Nadie nacido mujer convertirá un gol, pero cuidado, no será empate a cero”.
—“Cuando el bosque de Birnam llegue al Alto de Dunsimore, se suben al teleférico, se meten al nido del cóndor y aguantan”.
Consigan un desodorante de Iván Zamorano, en ningún caso nuevo, sino con meses de uso y que no sea spray, porque con el calor y vapor, igual explota. Ideal roll-on, Bam Bam de Miami. Te lo traduzco, sabiendo que no lo requieres: rolón.
Un mechón de pelo duro de Marcelo Salas, un gran mechón, uno generoso, eso sí, porque pelo le sobra.
Una frase en portugués firmada por Don Elías: “Três vezes o melhor da América”.
Lancen, si la encuentran, la última dieta de Luis Santibáñez, esa que escribió en una hoja de cuaderno Torre, y que abandonó el primer día a la hora de once.
Fotocopia de un título, donde se lea clarito: Luis Álamos Luque, profesor normalista.
Una foto polaroid, aunque de colores deslavados, de Fernando Riera y Manuel Pellegrini en Santiago de Chile.
Y lo último sería otra foto, esa de Marcelo Bielsa desdentado, para no olvidar que los sin dientes también ríen.