Palo Alto, California, verano de 1998.
Querido Otmar:
Felicitaciones por un trabajo imposible.
Afectuosamente,
Milton
Estas fueron las cariñosas palabras que Milton Friedman dedicó a su amigo Otmar Issing al asumir como economista jefe del Banco Central Europeo al momento de su inauguración, en junio de 1998. Dudoso de que Europa pudiese consolidar su proyecto de moneda única —establecida junto con el nacimiento de la nueva institución—, Friedman auguraba una tormentosa navegación para el euro. A pesar de sus grandes dudas, el destacado premio Nobel no dudó en saludar con picardía a su amigo.
Guardando las proporciones con aquel intercambio —fundamentalmente con quien escribe la carta—, corresponde saludar y felicitar a Mario Marcel como nuevo ministro de Hacienda. Por difícil que sea la nueva tarea —y grande el escepticismo del remitente—, es justo desear mucho éxito a quien liderará el equipo económico del próximo gobierno.
Los desafíos serán numerosos. La economía internacional deparará más de un desvelo, considerando la presión generalizada por aumentar las tasas de interés. Las disputas internas de la coalición —respecto de la orientación y velocidad de ciertos proyectos— también serán motivos de trasnoche. El rápido y buen despacho de un proyecto constitucional es también un tema de la mayor importancia, no solo por su relevancia institucional, sino por sus efectos sobre la economía. El desorden puede llevar a un marasmo económico.
Paradójicamente, el peor dolor de cabeza puede venir de un área ajena a Hacienda: la pandemia. Los altos contagios no han logrado despejar el fantasma de los confinamientos, solución predilecta en el pasado de buena parte del equipo del nuevo gobierno. Cualquier insinuación de mayores restricciones a la movilidad —ni hablar de cuarentenas— puede gatillar automáticamente nuevos IFEs y nuevos retiros. El pasto está seco y, de prender, el programa entero quedará postergado.
Controlar la presión del Congreso por mayor gasto —ya sea por la pandemia o por una economía lenta— será posiblemente la batalla más importante del próximo ministro de Hacienda. El trabajo no es imposible, pero requerirá no solo de la determinación del ministro, sino también del resto de la coalición.