Cosas del fútbol chileno: Deportes Copiapó y Huachipato inician hoy la Promoción, en el penúltimo partido de la temporada 2021, mientras que mañana, en Concepción, Universidad Católica y Colo Colo se miden por la Supercopa en la inauguración del año futbolístico 2022.
En los papeles, el favorito es Huachipato. La diferencia de un equipo de Primera División con uno de la segunda categoría es amplia, aunque Copiapó cuenta con un antecedente a su favor: la responsabilidad es del cuadro de la serie mayor. Indudable el morbo de esta llave. Los acereros se salvaron por secretaría y solo una serie de artículos leoninos y una interpretación al menos discutible (que a Melipilla le quitaran puntos en 2021 por una infracción de 2020) evitaron lo que merecían por lo que hicieron en la cancha: descender. El sentimiento de los neutrales está con los nortinos, perjudicados después de eliminar a Deportes Temuco en la final del playoff del Ascenso.
La comunidad futbolera sintió que los jugadores de Copiapó pagaron los platos rotos e incluso vieron partir a su entrenador, Erwin Durán. La posta la tomó un símbolo del fútbol local. Rubén Sánchez dirigirá al equipo de su ciudad, que lo vio como figura del desaparecido Regional Atacama, cuando ascendieron y jugaron en Primera División. Sánchez era un volante trajinador de buen manejo. En esta ocasión recibe un equipo armado, que mostraba dos caras en el campo.
A hora de atacar, se movía con cuatro en el fondo, dos recuperadores, tres medios más adelantados y un punta. En esta faceta Durán generó sociedades llamativas. Jorge Luna se instaló detrás del goleador Manuel López con libertad y desequilibrio. La pegada del “Semilla” hizo daño. Lo de López resultó extraordinario. Solo disputó la segunda rueda y los cuatro partidos de postemporada, cuadrándose con 21 tantos. El argentino venía en racha, con esa confianza que solo conocen los artilleros. Su movilidad, facilidad de remate y juego aéreo son difíciles de contrarrestar. La interrogante es cuánto afectó la pérdida de ritmo al porteño de Vicente López.
Interesantes los defensores en el fondo. Los centrales Byron Guajardo y Diego García no son elegantes, pero sí firmes y bravos en el cabezazo. Jorge Romo y Juan Jaime dan equilibrio en la mitad de la cancha, mientras que, en las bandas, el venezolano José Bandez y Fabián Núñez tuvieron un gran final de campeonato.
Al frente, Huachipato dispone del oficio de Mario Salas en la banca y la experiencia que debieron recoger de su participación en la Copa Sudamericana. Un plantel joven, pero con nombres confiables. Con todos los jugadores en condiciones óptimas, Claudio Sepúlveda es fundamental en la mitad, lo mismo que Walter Mazzantti en el costado derecho del ataque. Tiene alternativas, Salas a partir del manejo y aceleración del venezolano Brian Palmezano, la envergadura del argentino Luciano Nequecaur y la persistencia del zurdo Cris Martínez. En el fondo, los de la usina necesitan ajustar para evitar un mal rato.
¿Cuánto afectó la detención a los protagonistas? ¿Influirá el duro césped sintético del “Luis Valenzuela Hermosilla”? ¿La cercanía del público será un factor en el horno copiapino? El fútbol entregará sus respuestas.