Frente a una elección donde la Democracia Cristiana se juega el futuro a tres bandas, sin duda hay preocupación.
Me pidieron consejo, como es habitual, y ante lo incierto del porvenir, la pregunta más repetida era la siguiente: ¿qué será de nosotros y dónde iremos a parar? Aparecieron las palabras más temidas por un partido político: escisión y ruptura.
Me hice el deber de tranquilizarlos, porque la DC es un fruto del país, cada vez más originario y, al igual que el picaflor de Arica o la chinchilla cordillerana, en franco peligro de extinción.
Me coloqué sobre mis hombros una capa cívica, recordé las viejas amistades, alcé la voz y grité: “¡Miren lo que les espera!”.
La advertencia previa es que la (r) significa renunciado y una (e) indica expulsado.
No les pedí viajar al siglo pasado y cuando lo del Mapu y la Izquierda Cristiana, pese a que algunos de sus integrantes, esos jóvenes DC que partieron, aún dan vuelta y vuelto: Luis Maira, José Miguel Insulza, Jaime Estévez, Óscar Guillermo Garretón o Enrique Correa, por ejemplo.
También vamos a evitar, en consecuencia, al MSC (Movimiento Social Cristiano) y a sus fundadores, Juan de Dios Carmona (r) y William Thayer (e), que con entusiasmo integraron el Adena (Acuerdo Democrático Nacional), puntal y apoyo del gobierno militar.
Vamos al presente siglo.
Soledad Alvear (r), la exministra, estuvo con Provoste y luego fue nulo o blanco.
Mariana Aylwin (r), la exministra, apoyó a Sichel y no se sabe.
Genaro Arriagada (r), el exministro, apoyó a Provoste y posteriormente a Boric.
Eduardo Aninat (r), el exministro, votó por Sichel y luego por Kast. Edmundo Pérez Yoma (r), del exministro no se sabe nada.
—¿Distinguen alguna línea? —pregunté.
—No —respondieron.
—¿Distinguen algo?
—Tampoco.
Entonces, seguimos.
Jaime Ravinet (r), antes que lo (e), fue ministro de Defensa del primer gobierno de Piñera, duró un año y votó por Kast.
Gutenberg Martínez (r), el exdiputado, apoyó a Provoste y luego nulo o blanco.
Eduardo Díaz (r), el exdiputado, apoyó a Kast.
Clemente Pérez (r), el exsubsecretario, apoyó a Sichel y no se sabe.
Alejandra Sepúlveda (r), la actual diputada y próxima senadora, votó por Boric.
El senador Adolfo Zaldívar (e) terminó de embajador en Argentina en el primer gobierno de Piñera, y su hijo Adolfo Zaldívar (e) apoyó fervorosamente a José Antonio Kast.
Edmundo Salas (r), el exdiputado, no votó por Boric, pero no se sabe por quién votó.
Pedro Araya (r), es senador y fue reelegido como independiente en cupo del PPD. Votó por Provoste y Boric.
Hosain Sabag, el exsenador, se reunió socialmente con Kast, pero no políticamente, por lo tanto nunca pensó en (r), pero igual se les cruzó por la mente lo de (e), aunque a lo mejor lo confundieron con Hosain Sabag Cosir, uno de los 50 militantes de la DC que apoyaron a Kast.
Jaime Mulet (r), es diputado, fue reelegido dentro del pacto Apruebo Dignidad y apoyó a Boric.
Sergio Puyol, el exalcalde de Macul, apoyó a Kast y está en el limbo, porque aún no lo (e) y a lo mejor no (r).
El recuento no fue exhaustivo, pero de una cosa estoy seguro: se tranquilizaron.