La tarde de ayer imponía para los futboleros una terraza tranquila y el recuerdo de los 45 años de Cobreloa. Imposible para quienes atravesaron las cuatro décadas no rememorar al equipo naranja que estremeció el norte de Chile y se instaló como el cuarto grande a partir de sus ocho coronas.
Andrés Prieto fue el primer entrenador y quien logró el ascenso en la Liguilla de Promoción de 1977. Vicente Cantatore, Jorge Toro, Miguel Hermosilla, José Sulantay, Nelson Acosta y Luis Garisto fueron los técnicos que dieron la vuelta olímpica. La revisión de los nombres que escribieron esta historia irrumpe como una catarata. La nostalgia, esa maravillosa sensación que identifica a los hinchas que aman este juego, no retrocede un milímetro al revisar los notables cracks que hicieron del Municipal de Calama un recinto casi inexpugnable.
Fuera de casa, los Zorros del Desierto también dejaron huella. La doble victoria en el Centenario, sobre Nacional y Peñarol en la semifinal de la Copa Libertadores de 1981, es una marca indeleble, como la vuelta olímpica del Monumental en el Clausura 2003, cuando vencieron a Colo Colo.
La jornada daba para largo hasta que llegó carta de Zurich. Sanción a la selección chilena de un partido sin espectadores, por los insultos a los jugadores de Ecuador, y la invasión de público, más tres cotejos de suspensión para Arturo Vidal por su expulsión. Frente a Paraguay y Venezuela tuvimos gritos xenófobos y silbatina a los himnos. Ante los ecuatorianos el panorama se descuadró y quienes estuvimos en el campo de Universidad Católica olfateamos de inmediato que algo grave ocurriría. La FIFA no perdona esta conducta.
Acá no hay nada que alegar, a diferencia de la sinvergüenzura que aplicó la casa de Zurich con las sanciones económicas de las eliminatorias de Rusia 2018, donde unos inspectores fantasmas calificaban hasta los murmullos como agresión, sin que existieran pruebas e incluso el mínimo debido proceso.
El operativo de seguridad de la organización fue pésimo. Urgía un doble vallado, una mayor dotación de guardias o al menos algo que inhibiera las opciones de saltar al terreno. Una muestra más de que los excesivos cambios de funcionarios de la ANFP, a la hora de los grandes espectáculos, generaron problemas por la escasez de oficio.
Es muy claro que la actual administración carece de peso internacional. Chile está lejos de la toma de decisiones de la Conmebol, perdió todo lo que ganó en la administración de Arturo Salah, y en la FIFA la llegada es nula. Las tres fechas de castigo para Vidal lo refrendan. La maniobra del volante fue una acción de juego, brusca, que mereció la expulsión, donde no existió mala intención ni premeditación. Calculó mal, se le extravió el balón e impactó al defensor Félix Torres. Por ser tarjeta roja directa podrían ser dos fechas, pero tres es un despropósito. La jugada tuvo un contexto. La reacción de los seleccionados ecuatorianos es el mejor argumento para el "King". Los futbolistas saben calibrar si hubo mala leche.
Si la pista estaba dura, ahora está terrible. El primer viernes de 2022 quedamos nocaut.