El PDC se cambia de nombre. Los partidos de la ex Nueva Mayoría se irán “apotingando” de a poco en el nuevo poder, controlado por el Frente Amplio y el Partido Comunista. Socialistas, pepedés, radicales serán llamados a integrar el nuevo gobierno (en los distintos “anillos” anunciados, o “círculos”, si seguimos la nomenclatura de Dante en la “Divina comedia”). La mayoría accederá a algún cargo, salvo los militantes del Partido Demócrata Cristiano. Ellos mirarán con ojos largos cómo sus exsocios ocuparán oficinas públicas, embajadas, direcciones. Los democratacristianos más vulnerables renunciarán al partido para volverse elegibles. Los que se queden buscarán resolver el asunto convocando a un Congreso General, que tomará una decisión drástica: cambiar de nombre. Un camarada planteará que lo que define al partido es eso, ser un partido, y que su segundo mayor atributo es ser cristianos. “¿Por qué desde ahora mejor nos llamamos el Partido Cristiano (P.C.)?”. La idea será aclamada y el lunes siguiente la militancia concurrirá al gobierno presentándose como miembros del P.C.
Una nueva fundación del Presidente Piñera. Cuando terminó su primer período el actual mandatario creó una fundación para administrar el legado de su gobierno y para preparar (siempre lo supimos) una posible segunda incursión a La Moneda. “Avanza Chile” la bautizó. Todo indica que a partir del 11 de marzo el Presidente Piñera volverá a ponerse al frente de una fundación. Pero los tiempos han cambiado y por tanto tendrá un nuevo nombre: “Aguanta Chile” es la opción más plausible.
Sichel también tiene fundación. Para proyectar el liderazgo que logró en la presidencial, Sebastián Sichel también armará una fundación. Sus cercanos insistirán en que se llame “Fundación Se Puede”, para hacer juego con el eslogan de la campaña. Pero a algunos miembros del equipo les parecerá que ese nombre no pegará con el propósito de la entidad. Su objetivo declarado será transformar a personas de derecha en gente de centro. Será una especie de “purgatorio” político, que permitirá a derechistas arrepentidos, avergonzados, temerosos o tímidos de militar en una organización de no-derecha, como la Not Mayo, que se parece pero no es. Cualquier persona que quiera limar las asperezas del derechismo, como quien le quita las espinas a una rosa, podrá enrolarse en la fundación sichelista, que se denominará “Fundación Se Poda”. El eslogan será: “¿Se poda? ¡Claro que se poda!”.
Descansa en paz, Brownie. A mitad de año el Presidente Boric entrará en crisis. Las peleas intestinas de su coalición paralizarán su administración y los asesores recomendarán “oprimir el botón nuclear”, es decir, usar el arma para situaciones extremas (“en caso de emergencia rompa el vidrio”): traer al perro “Brownie” desde Punta Arenas a Santiago. Su ingreso a La Moneda hará que la opinión pública concentre su mirada en la nobleza del animal más que en los líos políticos del gobierno. El problema es que el ambiente tóxico del centro de Santiago afectará la salud de Brownie y con su sistema inmunológico dañado se cruzará con los perros callejeros de Teatinos que lo contagiarán con distémper. Un moribundo Brownie será atendido por los mejores veterinarios del país. Uno de ellos confesará semanas después que le escuchó decir “Magallanes, Magallanes” antes de expirar.