Señor Director:

No es sorpresivo que Eduardo Engel manifieste su adhesión al programa de Gabriel Boric. Aunque no nos parezca un plan económico acertado, es plenamente legítimo apoyar la idea de aumentar la carga tributaria en 5% en cuatro años, o apoyar un programa que ha manifestado su intención de revisar los tratados comerciales firmados por Chile.

Lo que no es legítimo es hacerlo faltando a la verdad respecto de las propuestas de su oponente. Contrario a lo mencionado en su columna de ayer, el plan revisado de José Antonio Kast es explícito en condicionar cualquier revisión de la tasa de impuesto corporativo a que la economía haya retomado una senda de crecimiento sostenible y estabilizado las cuentas fiscales. A su vez, en el corto plazo, se plantea que “con el objeto de elevar la eficiencia y justicia de nuestro sistema tributario se contempla la revisión o eliminación de exenciones tributarias y medidas para disminuir la evasión tributaria”. Por ello, la aseveración de que el nuevo plan propone “reducir el IVA, los impuestos a las empresas y a las personas, y los impuestos a los combustibles” es falsa, así como lo es mencionar que se planea bajar el gasto público en 21% en cuatro años.

En cambio, la condicionalidad que Engel celebra en las promesas de gasto de Boric a la efectividad de su plan tributario no está presente en el “Acuerdo de Implementación Programática” ni tampoco en la publicación titulada “Un Crecimiento sostenible y equitativo para el corto y mediano plazo”. Menos, por cierto, en el programa original, cuyos elementos centrales no han sido modificados.