Señor Director:

No es correcto lo sostenido en carta de este domingo en orden a que algunos convencionales habrían afirmado la necesidad de “simplemente eliminar” el Tribunal Constitucional, dando a entender que habría una propuesta para suprimir la justicia constitucional y, con ello, la acción tendiente a la inaplicación de preceptos legales inconstitucionales.

De todas las propuestas presentadas hasta ahora en dicha instancia, ninguna ha hecho tal aseveración. Todos están de acuerdo en lo necesario de contar con un mecanismo de justicia constitucional. La divergencia se da, más bien, en cuál es ese mecanismo y qué tipo de tribunal debe encargarse de esa misión. Entregarles esa labor a jueces profesionales de la Corte Suprema, el tribunal con el mayor prestigio actual en el país, es una opción razonable y presente en muchos países a los que admiramos. Nada hay de extraño en ello, sobre todo si una de las críticas más sostenidas al trabajo del actual Tribunal Constitucional ha sido su carácter de tercera cámara política.

Si nos queremos tomar en serio la justicia constitucional, los esfuerzos por profesionalizarla debiesen ser siempre bienvenidos.

Raúl Letelier; Domingo Lovera;
Viviana Ponce de León; Constanza Salgado
Profesores de Derecho Público de las Universidades de Chile, Diego Portales, Austral de Chile y Adolfo Ibáñez