Extraordinario ciclo de Universidad Católica. El tetracampeonato de la UC reafirma un proyecto notable. En la globalidad, sólida temporada de Colo Colo, que retorna a la Copa Libertadores luego de dar la pelea a los cruzados. Saludable la clasificación de Audax Italiano, dirigido por Pablo “Vitamina” Sánchez.
A casi una semana, aún resopla la agónica salvación de Universidad de Chile. En esos 10 minutos posteriores al descuento de Ramón Arias, el partido se transformó en una vorágine, donde no hubo sistema ni táctica. Por eso la U consiguió ese triunfo que los hinchas azules nunca olvidarán. De inmediato se escucharon suspicacias sobre el desenlace. A esos mal pensados habría que preguntarles por qué los cementeros se pusieron 2-0. Al que armó el supuesto arreglo lo están llamando de Netflix por su creatividad…
El fútbol chileno vive momentos complejos. La guerrilla en los pasillos se instaló como moneda corriente y se pretende resolver los torneos por cuestiones administrativas. Lo vimos con Lautaro de Buin, castigado por la segunda sala con la pérdida de seis puntos, en una resolución que nadie entendió. Correspondía ratificar la sentencia de la primera sala: expulsar al Toqui. ¿Por qué la medida fue modificada? Simple. El último apagaba la luz, puesto que la conducta del club metropolitano era normal entre sus pares.
En el Ascenso 2021 castigaron a San Marcos de Arica por la mala inscripción de Zederick Vega. El conjunto de Hernán Peña, de dos excelentes campañas con los nortinos, recibió un castigo draconiano. Los tribunales del fútbol aplicaron la norma. No tenían espacio para otra resolución. El problema es que la ANFP tiene la misma e incluso mayor responsabilidad que su afiliado. Su enorme carencia de prolijidad permitió que los ariqueños persistieran en un error, donde nunca hubo mala fe.
En la locura por evitar el descenso, Universidad de Chile denunció por un eventual doble contrato a Melipilla. Cuesta creer que Nicolás Forttes, con apenas tres partidos en el club, tuviera un contrato extra, atendida su baja remuneración. Todos saben en el fútbol que en esa acción hubo una alianza con Huachipato. Se sumaron Unión La Calera, Ñublense, San Felipe y Puerto Montt. Estos clubes estuvieron en desacuerdo con la decisión del oficial de cumplimiento de la ANFP, Miguel Ángel Valdés, quien desestimó las acusaciones contra Melipilla por dobles contratos en 2019 y 2020. Atrás quedó la alianza electoral del año pasado, cuando el presidente de Melipilla, Leonardo Zúñiga, era el generalísimo de la oposición que articuló Victoriano Cerda para dar un golpe de Estado a Sebastián Moreno. A la hora de los “quiubos”, las lealtades se olvidan y asoman los colmillos.
El presidente de la ANFP, Pablo Milad, respaldó la determinación y se muestra firme en que el campeonato, en todas sus instancias, se zanje en la cancha. En rigor, con esto se inició la campaña por el sillón de Quilín. Sin anestesia. Los “dóberman de la prensa”, como llaman los líderes de la oposición a quienes denuncian sus operaciones, miran con atención. Nuestro fútbol no soporta un segundo descenso por secretaría. La única verdad está en el campo de juego. Ser un mal perdedor y buscarle la quinta pata al gato, cuando fuiste responsable de tus propios errores, solo te delata.