Los malos de cualquier año, futbolistas y entrenadores, no son absolutos ni eternos, al contrario, se trata de fútbol y el que lo fue durante el 2021, para poner el ejemplo del año que ya termina, quizás fue extraordinario el 2020 o será notable el 2022.
Nadie es definitivamente malo, son más bien cosas que no se dieron, cúmulos de circunstancias extraordinarias, problemas de índole incierta, lesiones raras y rebeldes, malestares de origen desconocido y claro que mala suerte, cómo no.
Si nadie es completamente malo, hay que ser riguroso y tocar la puerta de enfrente: nadie es totalmente bueno, excepto, por supuesto, los jugadores únicos y superlativos, parejos e impermeables en su genialidad.
Ese tipo de jugadores, por lo demás, no militan en los torneos chilenos, por lo tanto apartemos la excepción a la regla, sigamos con nuestra norma y horma, con esa gran clase media que integra el fútbol nacional, y así como un año le va bien, al otro le va mal. El miedo a la pobreza, por lo tanto a la derrota y a la goleada, es algo pegado a la piel, debido a que la clase media sueña, pero siempre con pesadillas.
Por ejemplo, para el diario Manchester Evening, y a propósito de contrataciones del Manchester United, el chileno Alexis Sánchez fue el segundo refuerzo más malo en el lapso de una década, donde el primero fue Ángel di María y Radamel Falcao aparece casi al final de la lista. Eso prueba que todo es relativo. Ayer sí, hoy no. Es la regla. Ayer bueno y hoy malo.
El 2021 fue mediocre para Arturo Vidal y eso explica su inclusión en la lista del portal Calciobidone, algo así como cubo del fútbol, mejor el tacho y más bien el basurero. El mediocampista integra la lista de los diez peores refuerzos y pasó “del Rey Arturo al Rey del Horror”, y se lo explican porque vive con el cascabel de la incontinencia y la caravana del buen humor, y un año le afecta más y otro menos.
Votan periodistas especializados, premian a la figura (es un decir), en la lista actual aparecen Aaron Ramsey y Paulo Dybala, y el antigalardón, en el pasado, alguna vez fue para Diego Forlán o Gabriel Barbosa, don Gabigol.
En Chile la costumbre no está extendida.
Wanderers, sin duda, aportaría al centrodelantero Maicol Cabrera, como un completo malo, al menos el 2021. En la U, no digamos, pero Thomas Rodríguez es carta fija.
Se puede ampliar a los entrenadores, asumiendo que también sufren el fútbol veleidoso, cambiante y caprichoso, para una temporada en la gloria y otra en el despeñadero. El 2021, sin duda, Jorge Pellicer y Ronald Fuentes no deberían disputar los puestos, porque entran los dos.
Los periodistas deportivos distinguen y premian a lo mejor del año, lo que demuestra cariño por las camisetas, conocimiento profesional y sabiduría de camarín.
No sería nada de malo que premiaran a los malos.
Ellos también son de los nuestros.