La Primera División llega a su fin con Universidad Católica a las puertas de convertirse en el primer tetracampeón de torneos de dos ruedas. Un empate le daría el decimosexto título, en la consolidación de un proyecto que se nutre desde el anónimo fútbol joven, en una identidad que la UC supo mantener, a pesar de las frustraciones cuando acarició la corona hace poco más de un lustro.
La historia se resuelve en la cancha, pero en estos dos años, los cruzados supieron convivir con el covid. Una pandemia que requirió esfuerzo y rigor organizacional. En eso la Católica dio muestras de una estructura sólida. Esos detalles jugaron a favor, sobre todo cuando después de la caída ante Colo Colo en el Monumental pareció sentenciada la discusión.
En los papeles, Everton no tendría que aguar la fiesta. Arrastra seis partidos sin ganar y la sensación del deber cumplido cuando el Cacique aseguró su participación en la Copa Libertadores, que permitió a los ruleteros ocupar el Chile 3 en la principal competencia de clubes del continente. Es difícil pensar que a los franjeados se les escape esta estrella. Vienen con 12 triunfos en 13 partidos, disponen con distancia del mejor plantel del fútbol local, y la motivación a tope, aunque el punto central radica en la convicción del cuerpo técnico y el plantel de jugar de una forma: presionar en todos los sectores, en especial en la mitad del campo, y profundizar con Marcelino Núñez y Felipe Gutiérrez. Pases fuertes, rasantes, hacia adelante, que hacen daño.
Colo Colo visita a Antofagasta y se aferra a la última bala, en una campaña que recobró el prestigio extraviado. Los Pumas ya están en la Copa Sudamericana, pero las polémicas con los albos en los últimos dos años aderezan un choque en que el cuadro de Gustavo Quinteros asoma golpeado luego de la derrota ante Unión Española. Un panorama inimaginable después del 2-1 en el Monumental sobre la UC, cuando Javier Parraguez anotó en el cierre. La irrupción del virus movió la aguja y el conjunto popular ingresó en una espiral que los hizo entregar casi en bandeja el trabajo de un año.
Audax Italiano va por el cupo restante a la Libertadores, a pesar de regalar el empate frente a Wanderers. Le dio una vida más a Unión La Calera, que otra vez vio un expulsado en un cotejo clave (ante La Serena). En La Cisterna, Palestino y Ñublense van por el último boleto a la Copa Sudamericana.
La presencia de Universidad de Chile en la lucha por evitar el descenso inflama un escenario donde los protagonistas suelen ser los equipos de regiones o de menor convocatoria. Salvo Huachipato, todos los comprometidos dependen de sí mismos para evitar la promoción o el descenso directo, con O'Higgins esperando el final de la fecha después de disputar sus 32 encuentros. El morbo acompaña al Chuncho, víctima de una política dirigencial lamentable, que a esta altura busca operaciones comunicacionales para salvar a los nuevos propietarios y al director ejecutivo, Cristian Aubert. Maquillajes que no alcanzan para eludir su macabra e irresponsable conducción. Si la U baja, ellos responderán ante la historia.