Seba: Evidentemente tronco, se nota a la legua, tieso y con cero quiebre de cintura. Lo podríamos poner donde menos daño haga: al medio. Si lo dejan de defensa central te lo doy firmado: le entran por todos lados. Se come los amagues, no sabe perfilarse y se barre dentro del área, o sea que comete un penal por partido, también te lo firmo. Y por eso el resto del equipo le hizo la cama. Esa es la firme. Lo otro: tiene ponchera. Así no se puede.
Yasna: Hay condiciones atléticas, pero su puesto es 2 o 4. Soldado de tropa, lateral que marca al 11 o al 7. Si el rival no juega con 7 u 11, no importa, sigue en su puesto, aunque no marque a nadie. Nada de irse de lateral volante y a recorrer la banda, cero iniciativa, porque se nos abre el forado. Atrasito, en su puesto y que jamás pase la mitad de la cancha. En otros términos: que juegue y no piense.
José Antony: Imposible saber dónde juega, porque no juega. No ha jugado ni con tierra. Lo único sería ponerlo de puntero abierto, dejarlo vegetar y que nadie se la pase. Que espere media hora, 65, 90, terminó y nadie se la pasó. Jugamos con uno menos, pero así nos evitamos el autogol, es cosa de mirarle la cara nomás. Háblale de folha seca. Va a pensar en Bolsonaro, no sabe quién fue Didí. Ubícate el nivel.
Don Edu: Fue por el Edu Vargas, pero no hay forma. La última vez que se pegó un pencazo fue el 23 julio, no en un partido, sino por el centenario del PC chino. Otra lógica. Es como si yo te preguntara si el rincón de las ánimas y el rincón de las arañas son el mismo rincón. No es que esté fuera de la cancha, es que está fuera del estadio. Como adulto mayor pasapelotas, podría ser. Nunca atrás del arco, porque no terminamos nunca.
Gabigol 2: En la cabeza quiere ser un 10, como Chamaco Valdés o el Mago Valdivia, pero en la realidad solo tiene una superficie de contacto: el puntete. Carece de visión periférica, su naturaleza es la tole tole, no conoce de técnica y pretende hacer funcionar al equipo. Una locura. Hay que tener condiciones para el fútbol y para determinados puestos. Yo lo dejo en la banca, por un plazo que va entre el lustro y la década.
Franco: Tiene ciertas condiciones de interior izquierdo e interior derecho, porque le pega con ambas piernas, pero lo domina la mentalidad del lauchero. Demasiado teatrero, se tira al suelo por cualquier cosa, le pegan en el codo y se soba la cara, en fin, se lo pasa haciendo tiempo. Es medio híbrido, eso sí, una mezcla de jugador, representante y dirigente. Cobra la prima, negocia la prima y paga la prima.
Marco a Cada Rato: Es malo frente al arco, terrible de comilón y él se puso el apodo. Habría que jugar con dos pelotas: una para él y otra para el equipo. Solo con una pala te hace un hoyito y si le pides que describa un disparo a lo Panenka, termina hablando de Kerensky. No le mete un gol al arcoíris. Mejor que entre en los descuentos, para que al menos vaya al tercer tiempo. Eso es lo suyo.