Estimados lectores, las elecciones se aproximan y en la campaña presidencial y parlamentaria se van consolidando algunos pronósticos. Teniendo en consideración todas las encuestas de las últimas semanas, tanto públicas como privadas, los datos duros son los siguientes: en materia presidencial los candidatos más probables de pasar a la segunda vuelta son Gabriel Boric y José Antonio Kast.
El orden de llegada de estos varía según cada estudio de opinión pública y depende fundamentalmente de lo que ocurra en los próximos 14 días y sobre todo en el debate por televisión abierta el lunes 15 de noviembre. En segunda posición está mi candidata Yasna Provoste y el candidato de Chile Vamos Sebastian Sichel. En el caso de mi candidata, Yasna Provoste, la posibilidad en las últimas dos semanas de ascender en la opinión pública y amenazar a Boric con que ella sea la que pase a segunda vuelta tiene que ver con una posición firme con respecto a las diferencias programáticas con Boric y no personales desterrando el anticomunismo y convocando a ese enorme caudal de votantes que le dio el triunfo a la centro izquierda hace 6 meses en las elecciones territoriales de regiones y de municipios.
Asimismo creo que la opción Provoste en esta última fase pasa por abandonar todo tipo de populismo económico y haciéndose cargo de lo que está explicando el ascenso de Kast, que en mi opinión es el orden público, la Araucanía y la migración. Quedan solo dos semanas para revertir la posición y la opción de la centroizquierda. En el caso de Sebastián Sichel no le veo opción ninguna de amenazar la supremacía de Kast. Este último logró arrebatarle la hegemonía en la derecha, logró representar el 22% del rechazo y avanza en sectores medios y populares en torno a los temas de migración, orden público y Araucanía. El ascenso de Kast, en mi opinión, es que no obstante tener una propuesta programática hiperconservadora en lo cultural y profundamente neoliberal en lo económico y social, logra enganchar con parte de la opinión pública, no es en esos temas en los cuales es minoritario sino en los tres temas mencionados anteriormente. Si la izquierda y la centroizquierda no dan cuenta de esta reacción de parte de la ciudadanía frente al desorden y le conceden esos temas a la derecha más dura, sufriremos las consecuencias.
Pero también existen, estimados lectores, distintas proyecciones de resultados parlamentarios. Buscando elementos en común de dichas proyecciones, todo acredita que ningún bloque de los 4 más relevantes, es decir, Apruebo Dignidad; Nuevo Pacto Social; Chile Vamos y Republicanos tendrán por sí solos mayoría en el Parlamento, lo que en perspectiva de un triunfo de Boric o Provoste obligaría a un acuerdo de gobernabilidad entre dichos bloques y eso a su vez requiere que en estos últimos 14 días las campañas se diferencien solo en aspectos programáticos, porque ambas fuerzas se necesitan mutuamente no solo para ganar la segunda vuelta sino también y esencialmente para poder gobernar.
Las decisiones en los próximos días, si es que se logran votar, de la acusación constitucional contra el Presidente de la República, del indulto a los denominados presos políticos, del cuarto retiro de los fondos de las AFP y de la solicitud del Presidente de la Republica al Congreso sobre la ampliación del estado de excepción en las 4 provincias de la denominada macrozona sur, serán determinantes en el posicionamiento de todas las candidaturas y particularmente en las candidaturas de izquierda y centroizquierda.
A manera de ejemplo, en el caso del cuarto retiro, la salida razonable en mi opinión, es atenuar los impactos negativos que este tiene por la vía de reponer las indicaciones no consideradas en la Cámara de Diputados y consisten en: bajar el monto máximo de retiro, pagarlo en dos cuotas, impuestos a los retiros cuyos afiliados tengan un ingreso de, o superior, a $2.500.000 mensuales y rechazar el tema de rentas vitalicias.
Considerando los números presentados, el país es posible que viva una segunda vuelta de extrema polarización, lo que requiere de liderazgos políticos sensatos, con mucho coraje y llamando permanentemente a bajar los niveles de confrontación, considerando que cualquiera de los ciudadanos que sea elegido como presidente o presidenta va a tener un enorme desafío de gobernabilidad en el marco además de una nueva Constitución.