Una vez es mala suerte, dos un error, pero tropezar tres veces con la misma piedra en un año y un mes no es aceptable ni justificable. Las redes sociales exhibieron los festejos de Colo Colo luego de su victoria sobre Universidad Católica. Los jugadores del Cacique ilustraron su vida cotidiana y, tal como sucedió en el vestuario del Monumental, queda claro que las medidas de protección contra el covid-19 fueron ignoradas.
Las crónicas del jueves y viernes de este diario describieron conductas y rutinas temerarias. El resto de la historia la conocemos. Los albos enfrentaron a Audax Italiano con una formación juvenil, cayeron 2-0 y dieron vida a la UC en un torneo que parecía encaminado.
La ANFP aplicó el reglamento. Nada para reprochar. Se cuestionó el carácter draconiano de la medida, la defensora de la Niñez y la subsecretaria de la Niñez, Blanquita Honorato, salieron a opinar sin disponer de los antecedentes necesarios.
Los clubes, el medio periodístico y los aficionados saben que la norma se endureció porque el año pasado muchos equipos, con el subterfugio de los contactos estrechos, se pasaron de listos y suspendieron partidos. El primero fue Colo Colo, que el 26 de septiembre de 2020 no dejó entrar el bus de Deportes Antofagasta, luego de tomarse los PCR fuera de plazo para no enfrentar al conjunto nortino. Como el directorio de Quilín se equivocó en su accionar, se abrió la oportunidad y muchos se hicieron los vivos.
Esta contextualización explica la inflexibilidad de las bases actuales. La caja de resonancia del Cacique y el hinchismo disfrazado de sentido común atizaron la idea de la suspensión. Como a pocos les interesa la vida de los clubes chicos, y menos del Ascenso, se olvidaron de que San Marcos, Cobreloa, Curicó Unido e incluso Universidad de Chile afrontaron las mismas restricciones que Colo Colo.
Si los actores en redes sociales siguieran el Ascenso, sabrían que hoy la segunda categoría se está definiendo por resultados que ocurrieron en cotejos donde la presencia de juveniles fue clave. El 7-1 de Coquimbo a Santa Cruz dio tres puntos a los aurinegros y una diferencia de goles relevante. Los pupilos de Osvaldo Hurtado hoy están fuera del playoff por ese encuentro. Curicó puede bajar por su visita a La Serena, donde apenas juntó 11 futbolistas.
La polémica puso otra vez en la vidriera a Reinaldo Sánchez, presidente de Wanderers. Sus opiniones, carentes del mínimo rigor reglamentario, nos recordaron que a pesar de todo, el fútbol chileno avanzó y su estilo de conducción ya no corresponde a los tiempos que corren.
Asimismo, las graves imputaciones de Ángel Botto en entrevista con este suplemento, en la que cuestionó el actuar del Tribunal de Disciplina y su presidente, Exequiel Segall, requieren una respuesta del aludido y sobre todo del organismo colegiado. En este caso, el mensajero no es cualquiera: es un expresidente de la entidad, cuya sala lleva su nombre. Si Botto cometió errores, fue imprudente o está desactualizado de la reglamentación local e internacional, es necesario aclararlo. Si no existe respuesta institucional, regirá el viejo dicho del que calla, otorga.
Una cosa es clara: al menos, en esta ocasión, primó el principio de la igualdad.