Según explicó Cristian Paulucci, DT de la UC, una de las causas de la derrota de su equipo fue el cansancio, recordando el extenuante partido ganado a Wanderers con 9 jugadores. Y apenas cuatro días antes. Cansador, sin duda. Y súmele el nervio de un encuentro con el puntero que podría decidir el título. Y… y todo lo que usted quiera, pero hubo más que eso en el desempeño cruzado.
El repliegue total, el abandono absoluto de cualquier intento de posesión fue más allá del cansancio. Fue una disposición, atribuible seguramente a una instrucción. Algo demasiado evidente. Un equipo con siete fechas consecutivas de canasta completa y años de éxito tiene más recursos. Tiene manejo de la pelota, de los tiempos y del campo. Y tiene los jugadores para eso. Si Valencia estaba cansado debió dejar su lugar a Buonanotte antes del minuto 84, el mismo del cambio de Marcelino Núñez por Aued. Tarde.
Finalmente, y esto no es ningún agravio, Paulucci sigue siendo alumno de Gustavo Quinteros, el gran triunfador de la fecha, a quien secundó en la banca universitaria en otro gran momento.
Atinado en los cambios (¡vaya que fue atinado!), el técnico albo dispuso sus piezas de modo de sacudir el intento de dormirlo del rival, primero, y atacarlo con la precisión que requería la sobrepoblación defensiva que afrontaba.
Y vimos al Colo Colo de siempre, el que su hinchada añora, al “de atrás pica el indio”, el del equipo “que nunca va perdiendo”. En ese segundo tiempo al que entró perdiendo, el puntero mostró por qué suma cinco puntos de ventaja. Mostró que su recurso humano no está al debe con Joan Cruz y con la fuerza mental y el gol de Javier Parraguez y la juvenil consagración de Pablo Solari. Ese Colo Colo gustó a todos quienes gustan del buen fútbol.
De la mano de Quinteros, pareciera que Colo Colo seguirá siendo el único tetracampeón, como dicen sus carteles.
En el otro extremo de la lista de técnicos del fin de semana está Esteban Valencia, un interino que sufre como titular. Y gratis, porque ¿qué tiene que ver con el desastre universitario? Poco o nada, salvo que no mete mano en la formación titular.
Pareció que el “Huevo” sacaba finalmente del hoyo a la U después del ingrato paso de Rafael Dudamel. Se encendió el ánimo azul, pensando que todos los males podrían ser sanados por un “histórico”. Pero no. Se volvió a resultados que llevan nuevamente las miradas al descenso y Valencia está más interino que nunca, aunque lo sigan ratificando hasta fin de año. Ayer lo re ratificó Luis Roggiero.
Hay aspectos notables en el caso de la U, pues están todos preocupados y nadie que responda. Hasta la casa central de la Universidad entró en el asunto y el rector quiere saber qué es lo que está pasando. Dice que no es porque el equipo pierda, sino por su interés en la forma en que deben manejarse las instituciones deportivas. (¿En serio?).
Pero ¿quién responde? No se puede olvidar que es un club sin dueños o con dueños incógnitos, que para el caso es lo mismo.