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Cartas
Miércoles 20 de octubre de 2021
Tenemos una oportunidad
Señor Director:
Hace algún tiempo, a raíz de los acontecimientos que han ocurrido en Chile desde octubre del 2019, que podemos resumir en pandemia, estallido social y un increíble deterioro del debate político y las iniciativas públicas, me propuse, sin mucho éxito muchas veces debo reconocer, mantener una buena cuota de optimismo.
Leyendo una prestigiosa revista inglesa me encuentro con dos artículos; el primero titulado “Cambio climático e innovación” y el segundo, “Economías latinoamericanas”.
El primero se refiere al potencial del hidrógeno como una fuente de energía limpia y cita las condiciones particulares de Chile para la producción de energía desde fuentes renovables (eólica y solar) y su posterior exportación en la forma de hidrógeno: lo llama “shipsunshine to theworld”.
El segundo menciona el pobre desempeño económico de Latinoamérica durante los últimos 10 años (con la excepción de Costa Rica, Panamá y en parte de Chile), producto del término del ciclo de altos precios de commodities, malos gobiernos y proteccionismo. Sin embargo, el artículo destaca que, dados los cambios geopolíticos de los últimos años, la excesiva dependencia de China como proveedor de bienes y de insumos y las crecientes dificultades en el transito marítimo, Latinoamérica debería ser el lugar más atractivo para que el mundo desarrollado, especialmente EE.UU., disminuya la riesgosa concentración de comercio que tiene con el gigante asiático y con otras economías de la zona.
En Chile, después de tres décadas de crecimiento, de formación de capital humano y de acumulación de capital físico, de consolidación de instituciones y de instauración de reglas del juego transparentes, nos ganamos un prestigio internacional que estamos poniendo irresponsablemente en riesgo y que podría afectar dramáticamente nuestra capacidad para aprovechar la oportunidad que se nos presenta.
Los candidatos a la presidencia, particularmente de centroizquierda y de izquierda, deberían recordar la famosa frase de Deng Xiaoping: “No importa el color del gato, lo importante es que cace ratones”. Les guste o no, el desarrollo de un país, la mejoría en las condiciones de vida de su gente, pasa en primerísimo lugar por el crecimiento de su economía. Y el crecimiento de la economía pasa por atraer inversión, principalmente de miles de empresas privadas nacionales y extranjeras, por las que Chile compite con otros países. Por amor a su patria, las legítimas ideas políticas de los candidatos no les deben impedir hacer un análisis objetivo y desapasionado de cuáles son las mejores herramientas y programas que permitirán a Chile su tan ansiado desarrollo.
Felipe Joannon V