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Cartas
Miércoles 20 de octubre de 2021
Diálogo
Señor Director:
La candidata y el candidato de la izquierda han señalado con énfasis que frente a los actos delictivos que se cometen en La Araucanía debe actuarse con diálogo, más diálogo y más diálogo.
Dialogar, según el Diccionario de la Lengua, que es de suponer conocerán tales personas (pero a lo mejor no es así), es “hablar en diálogo” y “diálogo” es “plática entre dos o más personas que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos”.
Entonces, la pregunta obvia es ¿por qué no concurren tales candidatos a la zona en que se perpetran diariamente crímenes y convocan a las bandas de facinerosos armados hasta los dientes que allí operan a sentarse a una mesa y “platicar”, para que alternativamente manifiesten sus ideas o afectos?
¿Será que tales candidatos sienten miedo?, el mismo miedo que han experimentado y experimentan las numerosas víctimas de incendios, robos y otros graves ilícitos. No se darán cuenta de que mientras más violencia justifiquen y amparen —apoyados por algún profesor que se dice de Derecho Constitucional—, menos votos obtendrán de una ciudadanía que quiere vivir en paz y que rechaza la proclama jacobina —e históricamente fracasada— de que la nueva Carta Fundamental debe erigirse sobre las cenizas del Estado de Derecho democrático.
Si no es así, ¿por qué los ciudadanos de la RDA — “el paraíso de los trabajadores”—, “la joya del comunismo” —modelo inspirador de tantos procónsules y césares de la izquierda chilena—, trataron por todos los medios de emigrar y buscar la libertad en otro país, aun al precio de ser asesinados cuando pretendían trasponer la frontera? ¿Se requiere mayor prueba de que las numerosas víctimas —miles— no querían vivir en ese régimen?
Carlos Künsemüller
Abogado