Señor Director:

Somos un matrimonio de adultos mayores. En julio de 1998 tomamos una póliza de seguro de renta vitalicia, por la seguridad que nos ofrecía una entidad privada por toda nuestra vida, especialmente en la edad adulta, en que se requiere mayor atención médica y remedios.

Actualmente nos encontramos en una incertidumbre enorme, como otros miles de pensionados de rentas vitalicias, ya que nuestros derechos no están siendo respetados, lo que bordea la ilegalidad. Estamos envueltos en una nebulosa en que más valen los intereses del voto político que los de las personas. No sabemos nada de nuestro futuro, todo se concentra en las AFP, que tienen un régimen muy diferente al de una compañía de seguros.

Pedro Bustos Trujillo