Estaba pensando, como tal vez pensaban muchos: que Chile jugaba bien, que superaba a su rival sin discusión, que el gol estaba a las puertas… y que de pronto, en un arranque afortunado, sería este pobrísimo Paraguay de Berizzo el que anotaría. Así, después deberíamos comentar, como tantas veces en la historia, que “no tenemos gol”.
¿Qué le faltaba a Chile cuando estaba el marcador en blanco? Solo eso, el gol. Esta vez, además, estaba más difícil que en otras ocasiones, porque ahora Paraguay había arrinconado todos los muebles junto a su portería, en un desmentido profundo a la idea generalizada de que el “Toto” pudo ser el gran heredero de Bielsa. Si el rosarino ve el video de este partido, lo deshereda, si es que algo le dejó.
Este encuentro ha demostrado que nuestra selección viene jugando bien en general. En general, porque el primero de la tripleta semanal no nos gustó ni nos podía gustar. La derrota con Perú en Lima nos dejó sin la ilusión de ganar los 9 puntos en juego y con más dudas que en otras derrotas. Dudas duras.
Una grande, por ejemplo, era en la previa, la del “10”. ¿Quién sería? No fue nadie, finalmente. Había la idea de que podría ser Alexis, que en opinión de algunos, incluido este comentarista, tiene las aptitudes para serlo, aunque con reservas. Había que verlo y no lo vimos. Menos podíamos saber qué tarea le encomendó Lasarte. O no le encargó nada, algo muy improbable, o no le hizo caso.
Era para empezar a despedirnos del Mundial definitivamente. Si ni siquiera Charles Aránguiz anduvo bien y hasta Isla erró en la marca. Y una tarjeta amarilla nos dejaba sin Gary Medel contra Paraguay.
Pero su ausencia no sería tan decisiva como en otras ocasiones, porque los guaraníes no venían a atacar, sino a proteger a su arquero, Antony Silva, que cuando fue requerido se puso a la altura de figura del partido.
Los goles de su selección emocionan a sus espectadores en todos los países. Y algunos que somos espectadores fríos, por un asunto profesional, no nos restamos siempre a ese fenómeno y ahora, con el gol de Brereton, saltamos del asiento frente al televisor para gritarlo con unas ganas que seguramente estaban contenidas luego de tantas jugadas que eran de gol y se perdieron para permitir la llegada a las redes del rival. Y el de Isla, ¡qué decir! Recordé mis discusiones, porque sostengo que es el mejor lateral derecho del fútbol chileno de todos los tiempos.
Lo que pasa, creo, es que hay muchos hinchas y observadores que estiman que por el nivel mostrado por la Roja en esta clasificatoria es mejor que no vaya al Mundial. Que no pasará de la primera ronda, que haremos el ridículo, que no tiene nada que hacer. Otros creemos que siempre hay que ir, que siempre se experimentará algo nuevo y que ganar hace bien. Quienes entienden lo contrario echan sobre los partidos y sus resultados una mirada sombría, derrotista, que les impide disfrutar y parecen alimentarse de las caídas.
No sé si iremos a Qatar. Ni siquiera sé cómo nos irá el jueves con esta Vinotinto agrandada. Solo sé que pasamos de la decepción al triunfo y que seguimos en carrera, y que nadie nos debe quitar estas alegrías.