Se puede entender, y a veces respaldar, que el sistema político apoye medidas que provocan un perjuicio menor a la economía y afectan el bienestar social futuro, para lograr un fin político de corto plazo (un acuerdo, etc.). Es difícil encontrar la ganancia, que no sea electoral, del cuarto retiro. Perjudica a los sectores más vulnerables, debilita nuestra economía hoy y genera una carga fiscal importante para el futuro. Si el punto es electoral, ¿no hay alternativas menos dañinas?
Algunos señalan que están preocupados por el grupo de chilenos cuya situación económica es peor que la que tenían antes de la pandemia. Entonces, no se entiende que apoyen este retiro si no logra el objetivo declarado. La Superintendencia de Pensiones y la inmensa mayoría de los conocedores del sistema, de todos los sectores, han planteado que las personas más vulnerables dejaron de tener fondos luego del segundo retiro. Por lo tanto, ahora no solamente no recibirán nada, sino que además sufrirán los efectos del alza de precios. Como ha dicho el Banco Central, el país está experimentando presiones inflacionarias, que encarecen los bienes, cuadro que se verá agravado con un cuarto retiro.
Esta medida también afectará a los que quieren comprar una vivienda y no están en condiciones de pagar un gran pie, porque su cuota hipotecaria aumentará.
Otro grupo de congresistas asegura que los retiros son inocuos, que no tienen los costos que aseguran los expertos. Ya mencionamos la inflación. Ahora, es importante tener claro que los fondos retirados no son recursos que caigan del cielo. No es que si no se retiran, se pierdan. Guste o no, los fondos en las AFP eran recursos para las pensiones que se ahorraron durante 30 años.
Los retiros implicarán menores pensiones a futuro, o más probablemente, que tengamos una mochila fiscal bastante más pesada, que cargarán las nuevas generaciones. Hasta ahora, ya se ha sacado una cifra que representa más del 10% del PIB.
Ha quedado demostrado que los retiros provocan la caída del valor de los fondos D y E, donde tienen sus recursos hombres y mujeres justo antes de jubilarse, porque son menos riesgosos. Luego, la caída del valor de estos fondos durante el tercer retiro redujo en forma importante las pensiones de estas personas.
Tal como lo ha expresado la Comisión para el Mercado Financiero, la forma en que está diseñado el cuarto retiro daña de manera directa la solvencia de las compañías de seguros, con lo cual varias podrían quedar bajo el capital regulatorio mínimo. Si alguna de estas compañías llegara a cerrar, caerían las pensiones de los jubilados con rentas vitalicias y se activarían seguros del Estado, aumentando aún más la carga fiscal. Además, al ser estas mismas compañías las que entregan el seguro de invalidez y sobrevivencia y el de desgravamen, entre otros, el impacto de la medida puede ser todavía mayor. Chilenos podrían perder la cobertura de los seguros antes mencionados.
Por supuesto que todo esto disminuye la credibilidad de nuestras políticas económicas, tanto por su inentendible justificación económica y social, como por el hecho que tienen un componente expropiatorio tanto a inversionistas nacionales como extranjeros. Un aumento del riesgo país por estos motivos provoca un alza de las tasas de interés de los créditos hipotecarios y, por lo tanto, que suban las cuotas que tendrán que pagar los chilenos que desean comprar una vivienda.
Por último, hay parlamentarios que pretender terminar con las AFP. Ese puede ser un objetivo legítimo. Pero lo correcto es que se transparentara ciento por ciento este fin, y como también que tiene costos importantes. Es evidente que mientras más retiros haya, un sistema de ahorro previsional en cuentas individuales, con efectivo derecho de propiedad sobre ellos, sea con más o menos solidaridad, se vuelve inviable. Ya se pagó una vez el costo de consumir menos durante 30 años para tener ahorros para nuestras pensiones. No creo que exista voluntad política de repetir este esfuerzo. Esto implica ir, sin más, a un sistema de reparto. Que, nota aparte, creo que por sí solo tiene poco de solidario. Para llegar a este fin se está utilizando un camino que es poco transparente con la ciudadanía y que, además, tiene mayores costos para el país.
Varios senadores tienen claro los costos de esta medida. Espero que logren evitar que se materialice esta mala política.