¿Qué jugadores sudamericanos viajarán desde Inglaterra, España e Italia para enfrentar las eliminatorias de la Copa del Mundo? En Brasil, Tite se cubrió con un nuevo grupo de citados para los partidos frente a Chile, Argentina y Perú. Uruguay publicó a sus convocados con Edinson Cavani, desafiando la decisión de los clubes de la Premier League. Por redes sociales, Gary Medel y Arturo Vidal informaron que aterrizarán en Santiago.
Es distinto el estilo de Gianni Infantino, el presidente de la FIFA, con relación a sus antecesores, João Havelange y Joseph Blatter. Cambiaron los tiempos. La omnipotencia de la casa de Zúrich se esfumó luego del FIFA Gate y la instalación del TAS, aunque con seguridad Havelange y Blatter hubieran amenazado con la expulsión del Mundial de las federaciones que albergan a las ligas díscolas.
El argumento de las tres principales competencias de la UEFA es razonable: las eliminatorias de la Conmebol ocupan dos días más que Europa y la Concacaf. Se suma la fecha de enero, que no está en el cronograma internacional. El problema de fondo radica en la cuarentena que los seleccionados sudamericanos tienen que cumplir al regresar a Inglaterra. Al contabilizar la triple fecha de octubre, la cantidad de días que los clubes no disponen de sus jugadores se duplica. No se trata de quién paga el sueldo. El tema radica en que para competir necesitan a esos futbolistas.
La pandemia generó estos escenarios impensados en el calendario deportivo, pero también acabó con dogmas. Por ejemplo, los Juegos Olímpicos se retrasaron un año y las copas América y de Europa también se movieron 12 meses. Con mayor flexibilidad, la FIFA pudo aplazar la Copa del Mundo. Ya dio un paso inimaginable, cuando permitió que el Mundial se dispute entre noviembre y diciembre de 2022. Ese mazazo lo sufrirán los campeonatos nacionales de toda Europa.
En la cancha, Chile busca los puntos necesarios para seguir en camino. Lo dijo Martín Lasarte en este diario. La exigencia es mayúscula. Muchos desdeñan los empates, pero si hoy me dicen tres igualdades, lo firmo de inmediato. Cuatro puntos sería muy bueno, más aún si la cosecha es en Quito y Barranquilla.
Sin Alexis Sánchez las opciones de ataque se reducen de manera exponencial. El tocopillano es desequilibrante y hace mejores a sus compañeros. La búsqueda de alternativas se refleja en el llamado del estadounidense-chileno Robbie Robinson, quien se suma a Ben Brereton, en esta dinámica de potenciar el equipo a partir del ius sanguinis.
Arturo Vidal es el otro estandarte y viene en un buen momento. Charles Aránguiz y Erick Pulgar también exhiben continuidad, mientras en la última línea el entrenador disfruta de un abanico nada despreciable. Me inscribo en el grupo de los que creen que “Machete” armará un cuadro difícil de abordar fuera de casa. Las dudas aparecen en Santiago.
El jueves volverá el público a ver a la selección. Es cierto que las arcas de la ANFP están escuálidas y llenas de conflictos contractuales, pero cobrar casi 50 mil pesos por un boleto en Caupolicán, Galvarino, Lautaro y Tucapel, donde se ve espantoso y muchas veces el espectador no alcanza a ver la cancha completa, es un despropósito.