La premisa de esta película es la siguiente: un filósofo y psiquiatra noruego, Finn Skårderud, habría elaborado la hipótesis de que el cuerpo humano porta de manera natural un volumen demasiado bajo de alcohol y necesita ser equilibrado hasta alrededor del 0,05%. Una o dos copas de vino, dice un profesor de psicología de enseñanza media que obviamente malinterpreta a Skårderud.
Este profesor, Nikolaj (Magnus Millang), comparte esta idea con tres de sus colegas en la misma escuela danesa: el profesor de música, Peter (Lars Ranthe); el de deportes, Tommy (Thomas Bo Larsen), y sobre todo el de historia, Martin (Mads Mikkelsen). Este último está atravesando por una visible crisis de autoestima, que afecta su desempeño docente y su relación matrimonial. Los colegas, que viven en similares, aunque disímiles, situaciones de depresión, concuerdan en que aumentar un poco el nivel de alcohol puede ayudarles a un mejor desempeño. El propósito es quedar en el límite: beber lo justo, en el día, no después de las 20:00 ni los fines de semana.
Los profesores comienzan a llevar tragos y medidores a la escuela. Y, vaya sorpresa, su desempeño mejora notablemente: los estudiantes se divierten, se animan, se inspiran, ponen más atención en clases. Cosa curiosa, ningún alumno parece notar que sus profesores no están en perfecta temperancia. La película insinúa una explicación dos veces: en un prólogo que muestra que los estudiantes son bebedores salvajes, y luego en la afirmación de que “en este país todos beben demasiado”.
Por supuesto, los profesores deciden aumentar el porcentaje de alcohol, para probar los límites de su experimento. Se entusiasman tanto con su forma de medicación que ninguno aborda lo que es la fuente de sus frustraciones: la escuela.
El director Thomas Vinterberg fue uno de los más disciplinados adherentes a la corriente denominada Dogma, fundada por Lars Von Trier (que fue el primero en abandonarla). Los principios de Dogma eran usar la luz real, filmar con cámara en mano y no usar jamás música que no viniera de fuentes visibles. Otra norma –no explícita– era contar historias acerca de gente que hiciera cosas raras, cuyo paradigma fue Los idiotas, de Von Trier.
Vinterberg saltó a la fama con
La celebración, y a pesar de sus veleidades –como la penosa
Atrapados, sobre el submarino nuclear Kursk–, sigue teniendo cierta fidelidad con Dogma. En
Another round, y como siempre fue con Dogma, el problema está en las premisas: según esta, habría que celebrar a los profesores algo ebrios que mejoran tanto su docencia. El único problema es que se pasen. Chin chin.
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Dirección: Thomas Vinterberg.
Con: Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang, Lars Ranthe, Maria Bonnevie, Helene Reingaard Neumann, Susse Wold. 117 minutos.
En Netflix