Hablar de los grandes cambios que ha tenido Colo Colo en un año, no es solo una constatación fría y meramente estadística. Aunque bien vale la pena recalcar los números para dimensionarlo.
En la temporada anterior, a estas alturas del Campeonato Nacional, con 14 partidos jugados en las 15 fechas del torneo (se había suspendido el duelo ante Deportes Antofagasta) los albos —ya dirigidos por Gustavo Quinteros— estaban penúltimos con 10 unidades. Hoy los blancos están segundos con 30 unidades.
Para más detalles numéricos, Colo Colo ya en esta 15{+a} jornada del torneo nacional 2021 tiene la misma cantidad de triunfos que todos los que logró en el campeonato anterior (9).
Pero lo cierto es que, más allá de las cifras, lo claro es que Colo Colo hoy, a diferencia de lo que pasó el año pasado, juega a algo. Tiene una propuesta. Maneja una idea. Posee un funcionamiento.
Es un hecho claro que para llegar a esto se han conjugado muchos factores. A diferencia del año pasado, la composición del plantel es más equilibrada. Construida con jugadores de recorrido, se ha potenciado con jóvenes que han ido ganando espacio en el equipo.
A eso hay que sumar el mejor nivel que hoy tienen futbolistas que el año pasado rendían poco o eran irregulares (Cortés, Fuentes, Morales, Costa, Zaldivia y Bolados) y, por cierto, lo bien que se asentaron Leonardo Gil y Emiliano Amor al ideario del entrenador.
Colo Colo, sin duda, está hoy entre los que pueden anotarse como aspirantes al título. Sin embargo, en el cuerpo técnico no hay conformismo. Gustavo Quinteros no ha ocultado su deseo de que “se haga el esfuerzo”, porque requiere dos refuerzos más para competir con tranquilidad. Y no desea cualquier futbolista: quiere un centrodelantero y un extremo izquierdo con las características que tenía Martín Rodríguez, que se le fue a Turquía.
¿Es realmente una necesidad la traída de esos refuerzos o es una obsesión abusiva de Quinteros?
Desde la mirada externa, pareciera ser lo primero. Colo Colo hoy cuenta con dos jugadores por puesto y eso parece ser suficiente cuando el objetivo es pelear en pobretona competencia doméstica. Pero es interesante saber cuáles podrían ser los argumentos de Quinteros para insistir en los refuerzos.
En cuanto al delantero centro, parece evidente que para alcanzar mayor potencia ofensiva los albos requieren un “cazador de pelotas” en el área, un cabeceador, un elemento distinto, pero complementario para Morales y Bolados. De otra cuerda. Moreno Martins era su ideal. No otro.
En la franja izquierda, Quinteros resiente la partida de Rodríguez, porque era un jugador que daba variantes distintas a las de un puntero clásico y encarador como es, por ejemplo, Solari. Rodríguez construía juego con Suazo y Gil. Se iba por dentro generando espacios. Buscaba el intercambio posicional con Costa. Y ahora no tiene ese jugador, porque ni Valencia, ni Jara, ni el joven Cruz, que han sido probados en dichas funciones, han recuperado lo que perdió Colo Colo con la partida de Rodríguez, según Quinteros.
Claro, en una de esas se resuelve el tema de alguna forma distinta a la traída de refuerzos (la plata no sobra). Pero parece lógico lo que pide Quinteros. O, al menos, no tan descabellado.