Señor Director:

Hoy, una de las universidades más conservadoras de Chile nos reconoce en nuestros títulos como mujeres. Un pequeño cambio lingüístico —pasar de una “o” a una “a”— con un tremendo simbolismo tanto para miles de futuras profesionales como también para las ya graduadas.

Por supuesto, esto no viene a cambiar el mundo ni a reparar las injusticias que vivimos día a día, pero sabemos que la historia de la lucha por la equidad de género está plagada de estos hitos. Símbolos que demuestran que estamos avanzando hacia una sociedad más justa.

No nos sorprenden las cartas publicadas este sábado y lunes en este medio menospreciando la medida. También hemos escuchado voces femeninas que han mostrado su negativa a los cambios más importantes de las últimas décadas. Desde cuando empezamos a usar pantalones en vez de falda, hasta la discusión de la pastilla del día después, sin olvidar cuando finalmente se nos permitió votar en iguales condiciones que los hombres. Sin embargo, sabemos que estos triunfos nos pertenecen a todas —incluso a quienes los menosprecian—, ya que estos avances no se miden en base al efecto que tenga en una sola persona. Al contrario, se piensan desde el efecto que tendrán en todas las mujeres y sus diversas realidades.

El reconocer que nuestras experiencias como mujer son distintas es el primer paso para comprender que lo que logremos hoy, mañana puede tener grandes repercusiones. Este reconocimiento también nos llama a ir por más, porque si hoy reconocemos a la mujer universitaria, mañana debemos reconocer a la que se dedica al trabajo doméstico.

Cada paso que demos nos acercará a una sociedad donde se respete, reconozca y libere a todas las mujeres en su diversidad.

Ignacia Henríquez Pinto
Presidenta FEUC

Almendra Aguilera Muñoz
Consejera Superior UC

Isabel Aliste Aliste
Segunda vicepresidenta FEUC

Magdalena Vitores Moreno
Primera secretaria ejecutiva FEUC