En el fútbol hay errores manifiestos por torpeza o descuido, que seguirán existiendo sin VAR o con VAR incluido, porque lo que pasa dentro de una cancha de fútbol no solo es terrenal, sino demasiado terrestre, y los árbitros pueden ser de cualquier nacionalidad, raza y condición, pero hay algo que comparten: son terrícolas.
No son del otro mundo, ni extraterrestres ni divinos. Y podrán usar artilugios por las orejas, parlantes frente a la boca, cámaras extras y tanto colaborador sapo y orejero, pero lo que ha de pasar, pasará: se equivocan. Pese al ojo de águila y la vista de halcón, más allá del invento y la técnica, hagan lo que hagan, se equivocan. De a uno, de a tres, en grupo. Se equivocan.
Los errores que no son de árbitro son los peores, por difíciles de descubrir, operan bajo cuerda y además no se reconocen como tal, así que transcurren sin palabras, como los chistes, y con autores en fuga y responsables que se escurren. Y el comienzo de un error compartido, como corresponde, es coral y espectacular.
Las Sociedades Anónimas del fútbol, tal como existen Chile y según las regulaciones y transparencias que las rigen, nacieron en una época esplendorosa, con el entonces Canal del Fútbol en ebullición y unas licitaciones millonarias en el horizonte, y con una selección de Chile que le daba oro puro a la ANFP, en parte líquido, en parte en barras y hubo otra parte que se la llevaron para la casa.
Era el tiempo del Rey Jadue, estamos hablando de Sergio, un presidente que fue un sol para colegas y dirigidos, para cercanos, pares, compadres y compañeros de ruta.
Esa fue la época de las vacas ricas, lo que viene es la otra cara del ganado: la vaca escuálida y necesitada de cariño.
Las Sociedades Anónimas a eso se enfrentarán, así que se probará la calidad de su material y gestión, y cuán noble y leal son con el club y su historia, y se sabrá, por fin, cuánto de acierto y cuánto de error hay en su interior.
Hay errores de otro tipo.
Los raros, como contratar a Jorge Valdivia en Unión La Calera, y otros palpitantes según pasan los partidos: ¿será Gustavo Poyet el técnico apropiado para la UC?
Marcelo Salas, dueño y presidente de Deportes Temuco, más de una vez se lo preguntará: ¿hice bien o fue un error?
Los de la generación dorada, los más veteranos, que son los claves, piensan retirarse en Chile, fichar por el club de sus amores, idealmente, y cobrar como corresponde, es decir, por encima del mercado nacional, así que Colo Colo y la UC, si los quieren tener, tendrán que esmerarse: ¿será lo correcto o será un error contratarlos a esa edad y por ese precio?
Los errores de los árbitros son fáciles de detectar, porque para eso el VAR es fisgón e implacable.
Los otros errores son los difíciles: los silenciosos, los inevitables y los que parecen grandes ideas.