Después de tres Copa América, Chile no estará entre los cuatro mejores. Eliminados por Brasil, los pupilos de Martín Lasarte resignaron la posibilidad de avanzar en el más antiguo de los torneos de selecciones del planeta cuando cayeron con claridad frente a Paraguay. Los cuatro cotejos seguidos dejaron huella en la fase inicial, en un cuadro que se tonificó de mitad de cancha hacia atrás, pero que en la zona de la definición mantiene las carencias que lo acompañan desde 1917.
Chile compitió como suele hacerlo, donde la mitad de la cancha es determinante. Erick Pulgar, muy forzado, y Charles Aránguiz, al límite, equilibran y limpian la salida. En esta edición de la Copa América, Arturo Vidal llegó sin ritmo, convaleciente de covid-19 y más allá de su fervor, no gravitó. En la medida que recobre su rendimiento el equipo crecerá. El paso a la liga española de Tomás Alarcón tendría que entregar un jugador de mayor envergadura para la mitad de la cancha.
A la hora del balance, la presencia de Ben Brereton se instala como un delantero para dar la pelea y ser opción en la oncena titular o transformarse en el primer cambio de ataque. Jean Meneses otorga entrega y una capacidad táctica encomiable, reflejada en la pelota que pincha en el área propia a Neymar, cuando parecía que el crack brasileño anotaba el segundo tanto de la noche carioca. La ausencia forzada de Carlos Palacios impidió a Lasarte disponer de uno de los futbolistas de mayor potencial que ofrece nuestro medio. En el rato que ingresó frente a Brasil, exhibió trazos de lo que ofrecía en Unión Española y al final pecó de egoísmo cuando tenía alternativas para la descarga.
Con un futbolista más, apenas tuvo el cabezazo de Brereton que dio en el travesaño y derechazo de Meneses que Ederson mandó al lanzamiento de esquina. Muy poco, aunque al frente estaba el Scatch, que en los 15 minutos finales puso el encuentro en el congelador, mientras el árbitro Patricio Loustau permitió que la pelota rodara poco. En su análisis, Lasarte reconoce que a pesar de la posesión en casi todos los partidos, Chile exhibe muchas limitaciones a la hora de generar situaciones de riesgo. El funcionamiento mantiene la pasada de los marcadores de punta, pero cuesta que los delanteros aguanten la pelota o marquen opciones de pase a los mediocampistas.
En septiembre, la Roja tiene que reengancharse en la discusión por uno de los cupos a la Copa del Mundo de Qatar 2022. El contingente será el mismo, aunque esperemos que Sánchez esté disponible para competir. Lasarte no disfrutó de su futbolista más desequilibrante y eso es un dato muy relevante. Ayer no estaba en condiciones de competir, pero en los 20 minutos iniciales su claridad y frescura se apreció de inmediato. Es distinto y cuando no está, Chile lo siente demasiado.
Cuesta acostumbrarse, pero en cada capítulo nos acercamos al epílogo de un grupo extraordinario. Esperemos que tengan combustible para soportar la etapa decisiva del camino al Mundial y bajar la cortina como se lo merecen.