Querido Ben:
Te escribo antes de la despedida.
Entiendo que te enseñan español y se ríe el grupo con tu pronunciación, pero te advierto que no es solo eso, sino es el tipo de palabras que tú, ingenuamente, mal pronuncias y repites.
Hemos sabido de lecciones amistosas que incorporan palabrotas y las decenas de denominaciones del español de Chile para los aparatos genitales de ambos sexos.
Ben, recuerda lo que te digo: estás aprendiendo el protoespañol del protohombre chileno. Un lenguaje reconstruido con palabras de morfología rudimentaria, mezcladas con alaridos agudos y sonidos guturales.
Conocimos, por las redes digitales, a tu novia, Kimberly Abbott, influencer, experta en moda y rubia casi de verdad, como la mayoría de las inglesas.
Los seleccionados mantienen grupos de WhatsApp y lo mismo sus parejas, es posible que por camaradería cultural, quieran invitarla e integrarla a sus plataformas.
Ben, sin olvidar la prudencia, piensa desde ya en una excusa. Son mundos distintos y no es solo el Atlántico lo que nos separa. No juntemos pan tostado con palta, que es lo nuestro, con lo de ustedes: prietas y porotos al desayuno.
¿Te han hablado de lord Thomas Cochrane o de María Graham?
La reina Isabel II, cuando visitó Chile, nos dejó de regalo un Ford Galaxia 500 XL, un convertible negro usado, pero con poco kilometraje.
Cuando vino la Princesa Ana, en el lejano 1991, tuvo como anfitrión a un destacado diplomático, Carlos Klammer, y para que veas cómo son las identidades de los pueblos. La princesa lo conoció e inmediatamente le recordó a alguien famoso, pero no dio con la persona. Los chilenos pensamos en un inglés universal, por el evidente parecido con el general Charles George Gordon, héroe imperial en Crimea, China y Sudán. Al final se supo que la princesa, en cambio, pensaba en el cantante nubio Mohamed Mounir, popular y melódico.
Nosotros en el gran Gordon Pasha, que ofrendó su vida en el sitio de Jartum, y ella en un ídolo de la música pop egipcia, de donde destaco el álbum “Shokolatta” (1989).
¿Captas el mensaje, Ben? Somos distintos y es otra la mirada, fisonomía y costumbres. Tenlo presente. Nunca lo olvides.
En Londres hay una importante colonia residente de profesionales y académicos chilenos, la mayoría pasa por estrecheces económicas. De seguro te querrán conocer. Te recomendamos que los evites. Otra cosa, aléjate de la embajada chilena y trata de tener algo que hacer para el próximo 18 de septiembre.
¿Supiste que Sherlock Holmes visitó Santiago? Lo contó el escritor Alberto Edwards.
El detective se fue diciendo que no había pueblo más cariñoso, paisaje más bonito y mujeres más lindas. Es lo que se espera de ti y después te vas. No debes creer lo que nos dices, nosotros no lo hacemos, pero es la tradición. No nos olvides y tampoco nos recuerdes a diario, porque a nadie le desearíamos tanto mal.
No es necesario que nos comprendas, ya le ocurrió a Holmes, y la razón es que un extranjero ignora ciertos detalles, como apuntó el escritor.
Gracias por los favores concedidos.
Nos veremos.
Dios salve a la reina.
L.V.