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Editorial
Lunes 21 de junio de 2021
Innovación y creación de empresas
El aprovechamiento de los recursos naturales no es incompatible con el desarrollo de sectores de mayor valor agregado.
Últimamente se ha pretendido construir una caricatura de la economía chilena, caracterizándola como extractivista, orientada a los recursos naturales, cuyo dinamismo se habría agotado y cuya mantención no permitiría el surgimiento de nuevos sectores que incorporen más valor agregado a los bienes y servicios que ofrece. Y aunque, en efecto, el país ha aprovechado sus recursos minerales y pesqueros, así como las capacidades de su territorio para desarrollar una agricultura de exportación y un sector forestal-industrial poderoso, eso ha requerido una creciente sofisticación tecnológica para elevar su productividad y competitividad en los mercados mundiales, acompañada de la creación de numerosas empresas que la desarrollan y comercializan. Además, ha permitido el surgimiento de diversos sectores de servicios —retail, financiero, seguros y transporte, entre otros—, así como de empresas que se organizan en torno a ellos, que dan cuenta de un panorama bastante más complejo que el de la referida caricatura.
Por otra parte, y en paralelo con lo anterior, el país ha ido empujando la innovación tecnológica de los sectores productivos tradicionales y no tradicionales mediante variados programas de apoyo y fomento de ella —desde Corfo y ANID, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo que reemplazó a Conicyt—, así como con la promoción del emprendimiento que implemente lo anterior productivamente. El impacto ha sido variado y difícil de medir con precisión. Sin embargo, recientemente han aparecido start-ups (emprendimientos innovadores) nacionales que no solo han logrado atraer a capitales de riesgo de alto vuelo, sino que además han alcanzado importantes valorizaciones y penetración de mercados en distintos países, que les auguran un alto potencial de crecimiento. En el servicio de última milla está Cornershop, adquirida por el gigante tecnológico Uber; en el alimentario, The Not Company, que sustituye alimentos tradicionales de origen animal por otros de origen vegetal de similar sabor utilizando tecnología, y en el de los seguros está el reciente surgimiento de Betterfly, que combina el concepto de seguro de vida con el incentivo a llevar una vida saludable, construyendo un ingenioso modelo de negocios en torno a ello.
Esto muestra que una economía que aprovecha de manera inteligente sus recursos naturales no es incompatible con una que impulse el desarrollo de otros sectores de mayor valor agregado. Se requiere, eso sí, de una institucionalidad que no hostilice, sino que aprecie al mundo emprendedor y de negocios, que otorgue certidumbres en las reglas del juego y cuya mirada de futuro no se base en esquemas que, por mirar al pasado, no incorporen el actual escenario tecnológico y organizacional que recorre la vanguardia del mundo.