Dos veces pasó Chile por Cuiabá. En ambas se retiró victorioso. En 2014, se estrenó en el Mundial de Brasil ante Australia y se impuso 3-1. Ayer, en la misma “Arena Pantanal”, derrotó 1-0 a Bolivia, sufrió en el segundo tiempo, tal como lo reconoció Eduardo Vargas en la nota a la televisión oficial. Como frente a los “Socceroos”, la selección nacional fue muy superior en el lapso inicial. Carlos Lampe evitó la boleta y mantuvo a la escuadra de César Farías en el cotejo.
Al igual que esa tarde de hace siete años, la alta temperatura, pero sobre todo la humedad, irrumpió sin contemplación para descomponer a la Roja. Quienes estuvieron en la capital del Mato Grosso el día que Jean Beausejour anotó su segundo gol en una Copa del Mundo, sabían que el trámite podía enredarse. Los presagios no fallaron: Chile, como ocurrió ante Australia, padeció en el complemento y estuvo cerca de ver amagado los tres puntos que casi futbolística, pero no matemáticamente, lo depositan en los cuartos de final.
En el registro quedará que Ben Brereton, el inglés de madre chilena que encontraron los analistas de Juan Pinto Durán en la Championship, anotó su primer gol por la selección en su segundo partido. La historia ofrece casualidades. A 71 años del tanto de Jorge Robledo, que abrió la goleada ante Estados Unidos en Recife, en la segunda participación de Chile en un Mundial, otro “Gringo” irrumpe en el imaginario de un país futbolero.
Su llegada proporciona peso, potencia, juego aéreo y consistencia táctica. No es un virtuoso ni un gambeteador, pero entrega una carta fresca a Martín Lasarte. Su definición ante Lampe, después del centro de Eduardo Vargas, que picó ante un excelente pase de Arturo Vidal, nos muestra un jugador que define a los palos y es capaz de hacer una pausa cuando el zaguero Jairo Quinteros llegaba a cruzarlo.
La mesura tiene que primar. A este joven, ignoto para el grueso de los aficionados locales hasta hace un mes, no se le puede entregar el fardo de la resolución de los problemas ofensivos de la Roja. Bienvenido Brereton, sobre todo porque en las eliminatorias para Qatar 2022 se necesitan más soldados.
El carácter de Lasarte lo conocemos. En Rancagua, contra Bolivia, en su estreno, dio una prueba cuando devolvió la capitanía a Claudio Bravo. Ahora, no le tembló la mano para sacar a un extenuado Arturo Vidal. Se molestó el "King", pero le quedó claro que manda el entrenador. Su jornada fue discreta, algo normal si recordamos que el debut con Argentina fue su primer partido desde marzo, sin obviar que estuvo afectado de Covid en la doble fecha eliminatoria, ante los trasandinos y los altiplánicos. El técnico estuvo en lo correcto. Chile mejoró con Tomás Alarcón, en un cuarto de hora final que vio a Erick Pulgar como zaguero central derecho en línea de tres.
Otra noticia importante. Eduardo Vargas convirtió ante los trasandinos y anoche tuvo su mejor actuación en mucho tiempo. Sólidos Erick Pulgar y Charles Aránguiz, claves para jugar y equilibrar.
Este Chile con más obreros que estrellas, versión Lasarte, empieza a crecer.