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Cartas
Martes 08 de junio de 2021
Olvido del crecimiento
Señor Director:
El editorial de “El Mercurio” del viernes pasado “Olvido del crecimiento” sostenía que “cuando más requiere Chile crecer, es cuando menos presente está el tema en la discusión pública”. Pero no es solo que se haya ausentado de la agenda pública, sino que invocarlo se considera en algunos sectores una desviación “economicista”, cuando no un sesgo neoliberal, impulsado desde la derecha, y que sería la bandera de lucha del empresariado. Así, el crecimiento económico —“crecimiento con equidad” fue el lema de Aylwin—, que dio a Chile la clase media más extensa y próspera (como proporción de su población) de América Latina, ha perdido toda importancia para amplios sectores políticos y también, por lo que se ve, para los independientes que emergieron triunfantes en las últimas elecciones.
La infundada percepción de que “el crecimiento se lo llevan los ricos” se ha adueñado de una mayoría, sobre todo de los jóvenes, que paradójicamente son ellos mismos los hijos predilectos de ese crecimiento.
Pero en esto no hay que equivocarse ni por un instante. Los países que han alcanzado los más altos niveles de desarrollo humano, superando la pobreza, lo han logrado todos, sin excepción, de la mano del crecimiento económico. Y aquellos que lo han abandonado como pilar de sus estrategias de desarrollo han retrocedido y se han empobrecido irremisiblemente. El proceso constituyente ha puesto sobre la mesa nuevos temas en la escena política que gozan de alta popularidad. En cambio, hablar de crecimiento y esgrimirlo como argumento en el contexto de iniciativas que lo pueden afectar seriamente parece haber quedado fuera de lugar en el Chile de la Convención Constituyente, justo cuando esta se apresta a establecer derechos sociales cuya plena satisfacción demandará recursos fiscales adicionales de enorme cuantía. Sin crecimiento sostenido (y sostenible), tales expectativas podrían devenir en nuevas y grandes frustraciones entre los grupos medios y vulnerables que nada bueno significarían para el futuro del país.
Claudio Hohmann