El escenario de esta película es una sociedad en la que a los hombres se les ve lo que están pensando y a las mujeres, no. Es decir, una sociedad insostenible. Las mujeres han sido exterminadas y el ambiente es el de un culto al macho completamente vacío porque carece de objeto de deseo. En esa vida ridícula, los hombres andan rodeados de unas aureolas en las que se ve y se oye todo lo que se les ocurre —lo llaman “el Ruido”— y, en consecuencia, tienen que cuidarse de todo. Especialmente de sí mismos.
Eso es lo que ha aprendido a hacer el joven Todd Hewitt (Tom Holland), que es el último nacido en la colonia de Prestisstown, regida por el tiránico alcalde Prentiss (Mads Mikkelsen) y por un predicador apocalíptico (David Oyelowo), en cuyas únicas ideas siempre hay llamaradas del infierno. La colonia vive en un estado como el del Far West, amenazada siempre por los nativos Zulaques y en conflicto con otras colonias.
Todos ellos llegaron a un planeta al que llaman Nuevo Mundo. Es el año 2257, y ya hace unos 64 que partió la primera expedición. Se espera una “segunda ola”. Como avanzada de ella cae en el planeta la joven astronauta Viola Eade (Daisy Ridley), que se convierte de inmediato en la pieza de caza más preciada. Todd decide que debe protegerla e inicia una fuga conjunta hacia otra colonia.
Hay un deliberado aire de western que se atraviesa con la ciencia ficción. Caos: El inicio no pretende ser cine de tesis, como suele ser el de anticipación. No se tienta con eso. Su supuesto principal, la transparencia del pensamiento masculino, es una humorada con un trasfondo siniestro, pero no traspasa esa línea. Parece una contradicción en los términos, pero esta es una “superproducción pequeña” (100 millones de dólares) cuya probable apuesta es un par de secuelas, dado que el guion se basa en la primera de una trilogía de novelas juveniles de Patrick Ness.
El productor Doug Liman, que cada cierto tiempo incursiona con buen ojo en la dirección (Swingers, Identidad desconocida, la primera entrega de Jason Bourne, Barry Seal), no es inspirado, sino eficiente, y en esta película solo deja espacio para la peripecia del conocimiento mutuo de dos jóvenes en medio de la acción y el peligro. Casi no hay un tema más estadounidense y el deliberado símil con el western es una especie de certificado de esa vocación.
La única originalidad está en esta idea de que los pensamientos de los hombres son visibles. Pero en esta colonia de rednecks campean los descerebrados y no hay mucho pensamiento, ni del leve ni del otro. Un aporte en carambola al feminismo.
CHAOS WALKING
Dirección: Doug Liman.
Con: Tom Holland, Nancy Ridley, Demián Bichir, Mads Mikkelsen, David Oyelowo, Kurt Sutter, Cynthia Erivo, Nick Jonas. 109 minutos.
En cines.