¿Cómo llegamos hasta acá y cuáles son los motivos de estos tiempos mediocres? Estamos hablando de fútbol y de eso se trata, donde la impericia puertas adentro se padece puertas afuera.
Los cuadros chilenos se esfuerzan, qué duda cabe, pero su preparación proviene de torneos locales apenas exigentes y los resultados en la Libertadores y Sudamericana nos devuelven a nuestra realidad: un fútbol que sobrevive en la medianía baja y que flota porque se convirtió en canal de televisión.
Nunca está todo perdido y para eso las ganas e ilusión, donde Huachipato no cede y Universidad Católica, en su mejor presentación, derrotó por 3 a 1 a Nacional de Montevideo, pero la evidencia está en el pregrado de los torneos caseros, demasiado lejos del posgrado de las copas internacionales, y eso que se transita por la fase de grupos, sección pataleo dentro del montón, y etapa previa a la fase en serio que es la siguiente.
¿Por qué estamos como estamos? Desorientados e inseguros, con poca confianza y una confusión estampada en las camisetas de los jugadores, donde junto al apellido o apodo conocido, conviven sobrenombres recientes, homenajes privados, alias que nunca fueron, dobles apellidos, y nadie entiende nada, porque se desvanecen la identidad y el respeto institucional debido a los dueños de los clubes y a las compras con interés político, las transacas bursátiles y porque sirven para negocios de barrido y fregado.
¿Se conecta el arribo de las sociedades anónimas con esta época de aliento entrecortado, que respira gracias a las platas de la tele? El modelo de negocio, tal como se implementó en Chile: ¿está en el origen de los males?
¿Y la presencia de lo argentino en el medio chileno, ese dominio cultural, será otra de las razones de estos tiempos?
Argentina, con merecida razón, exporta fútbol, una de sus riquezas básicas. Nosotros el cobre, ellos el fútbol. El camino hacia el Oeste partió con los jugadores y luego arribó la tropa entera. Desde siempre, pero ahora más y con mejores condiciones: dueños de clubes y jugadores, de canales de TV y de los relatos, comentarios y de la última palabra, donde la imitación de programas y términos indican la influencia.
Todos los que trabajaron con Marcelo Bielsa, que ya se ve que fueron demasiados, se vienen a Chile, ¿no será como mucho?
Por acá navegan propietarios audaces, representantes ocurrentes y entrenadores inventados, aunque los hay genuinos y no solo argentinos, que a veces incluyen a sus hijos en sus cuerpos técnicos. También a los hermanos.
¿Se convirtió el fútbol chileno en el patio trasero del fútbol argentino?
En un banco de pruebas del deporte, la comunicación y el negocio.
Un sitio secundario donde experimentar, probar y cobrar.
El lugar al que se ingresa mediante una sociedad anónima.
El país donde viven los chilenos.