—No le resultó el “gambito de Yasna” —que predijiste en tu columna— a la senadora Provoste, me escribió esta semana un amigo socialista por WhatsApp.
—¿Por qué?, le respondí.
—¿No viste que esta semana el senador Carlos Montes salió a enmendarle la plana? Aclaró que con su intento de llegar a un acuerdo de “mínimos comunes” estaba arriesgando que el Gobierno le hiciera el “abrazo del oso” a la oposición a días de las elecciones del 15 y 16 de mayo.
—Qué raro. Primero la criticaron por darle una máscara de oxígeno al Gobierno y ahora la critican por exponer a la oposición a un “abrazo del oso”. ¿Tú crees que un oso conectado a un ventilador mecánico, boca abajo, es capaz de abrazar a alguien? Es como el abrazo de un oso de peluche.
—No te vayas por la tangente. Es obvio que a Yasna se le fueron las cabras para el monte; se pasó de largo varios pueblos y tuvieron que traerla a piso.
—¡Ahora entiendo todo! Por eso mandaron al senador Montes para que fuese a buscar las cabras de Yasna, que iban subiendo al ídem. Todo calza, pollo.
—Te estoy hablando en serio. Toma esta conversación como el uso de un derecho a réplica. Es obvio que Yasna se equivocó con ponerse a conversar con el Gobierno cuando no era necesario. La oposición no necesita hablar con el Gobierno para aprobar la ley que se le dé la gana; tenemos mayoría en ambas cámaras e incluso muchos votos de parlamentarios de derecha.
—Yo también te estoy hablando en serio. Lo que pasa es que tenemos puntos de vista distintos. Para ustedes, a Yasna se le fueron las cabras para el monte. En cambio, lo que yo veo es que “la cabra siempre tira para el monte”.
—Sigues festinando el tema…
—Para nada. Y además creo que estamos de acuerdo en algunas cosas. Hay una cabra, un monte y un ascenso. Para ti, que la cabra camine cerro arriba es un signo de extravío. Para mí, es una señal de coherencia. Una cabra siempre querrá buscar la cumbre, está en su naturaleza.
—Me estás embolinando la perdiz con tus típicas metáforas…
—En lo absoluto. Fíjate: Yasna Provoste es una política profesional, y hacer política es ejercer el “arte de lo posible”, es decir, tratar de superar las limitaciones que supone la interacción de posiciones distintas para conseguir un resultado. En este caso lo que se busca es acordar ayudas a las familias, a las pequeñas y medianas empresas, junto con una fórmula para financiar esas ayudas. Como ves, “la cabra siempre tira para el monte”.
—Creo que eres muy ingenuo. Es como análisis político de peluche, siguiendo con tus analogías.
—Jajaja. Al menos recuperaste el humor. No he terminado el análisis. ¿Conoces ese otro dicho de que “todo obispo quiere ser Papa”? Bueno, es lo mismo aquí. Cuando un obispo hace movidas para convertirse en Sumo Pontífice es como una cabra tirando para el monte. Su naturaleza. Obvio que Yasna quiere ser Presidenta de Chile. Ahora o después. Y lo que está haciendo también tiene que ver con eso. Es una cabra tirando para el monte. Igual que el senador Montes cuando salió a aportillarle el plan a Yasna. ¡Montes también tira para el monte!, valga la redundancia.
—¿Se entiende ahora lo de las cabras y Montes?
—No, me cabreaste.