Señor Director:

Nuestro país se ha visto, al igual que el resto de la humanidad, enfrentado a una pandemia cuyas consecuencias inmediatas las constatamos día a día con los informes entregados por las autoridades de salud y las estadísticas socioeconómicas elaboradas por las instituciones pertinentes.

Esta realidad ineludible se acompaña del testimonio de miles de chilenos que desde sus organizaciones hacen sus mejores esfuerzos por contribuir a disminuir el dolor, evitar las muertes, estimular la actividad económica, apoyar el empleo o acudir directamente con ayuda social a quienes más lo necesitan. Asimismo, educar a distancia o ser parte de aquellas múltiples actividades denominadas imprescindibles, sin las cuales no sería posible sostener la vida cotidiana.

Esta respuesta individual y colectiva obedece a esa indesmentible condición de supervivencia que acompaña a la especie humana, desde la cual surge la fuerza para sobreponerse. Pero también surge de esa condición propia de nuestra historia, desde donde hemos aprendido que cada vez que como país enfrentamos la adversidad, somos capaces de superarlo apelando a la unidad, solidaridad; identificando los caminos comunes que nos muestran que el dolor nuestro es similar al del otro, que los sueños de unos se encuentran también con los de otros, donde la búsqueda de la felicidad invita a compartir principios, valores y caminos donde es posible transitar juntos en la diversidad.

Este espacio es el que, en el último tiempo, parte de la clase política no ha logrado comprender y siendo consecuente con su distanciamiento del sentir ciudadano, ha puesto sus esfuerzos en estimular las disputas, renunciar al diálogo, ofender la inteligencia haciendo propuestas económicas que no se sostienen y, por último, declarando abiertamente que hay que oponerse al otro, cualquiera sea este, para hacerse del poder.

Al igual como la inmensa mayoría de los chilenos que han puesto lo mejor de sí en la hora presente, es de esperar que aquellos que buscan representar los intereses de las mayorías tengan la grandeza de identificarse con sus reales necesidades y la valentía de postergar sus particulares intereses, supeditándolos al interés superior de servir a Chile en estos momentos de dolor e incertidumbre.

Emilio Santelices C.
Exministro de Salud