Siendo el fútbol el reino de la nostalgia, me niego a creer que “todo tiempo pasado fue mejor”, asunto algo recurrente en esta columna, aunque espero que no sea majadero. Pero a veces me entran dudas, porque...
El lunes de esta semana, Colo Colo cumplió 96 años. Sin el esplendor que el cumpleaños tuvo en otras épocas, cuando era un acontecimiento que partía con la visita al mausoleo de los viejos cracks. Todo era —y sigue siendo— espectacular en el Cacique. Las luchas electorales por la presidencia del club eran épicas, con leguaje duro entre los aspirantes, sospechas de todo tipo y votaciones estrechas. Muy parecido a lo de hoy, solo que entonces eran dirigentes y hoy son directores...
Hay aspectos en el nacimiento albo que impresionan al público de hoy.
Por ejemplo, la presencia de doña Rosario Moraga, madre de los hermanos Arellano y madrina del club. Viuda, a cargo de sus hijos (y con varios muertos cuando niños), indujo a que ellos se sumaran a los deportes. Y lo hicieron Alberto, Guillermo, Francisco y David, el primero como periodista (fundador del Círculo de Periodistas Deportivos) y sus hermanos, en la cancha.
Doña Rosario fue el alma del nacimiento de Colo Colo. Hizo las primeras camisetas y bordó la insignia. En su casa se realizaban las reuniones de los muchachos, organizando la rebelión, primero, y la organización después.
Eso es romántico y aleccionador como ejemplo de entereza ante la desgracia. Como sería la futura creación de sus hijos.
Don Ernesto Blake, presidente del club en los primeros años, hombre de inspiración social y cultural, dijo que llevar la insignia alba sería signo de que el portador es “un caballero”.
Las giras por Chile, América y Europa tan cerca de su nacimiento fueron gestos de audacia ilimitada del Cacique.
Audaz fue también la renuncia a su club padre, Magallanes, por sus jugadores jóvenes, que inmortalizaron el “¡Vámonos, Quiñones!”.
La elección de los colores del uniforme en el estadio El Llano, el 19 de abril de 1925, fue algo irrepetible por su inocente limpieza.
Fue una gesta el nacimiento albo: la seriedad de sus entrenamientos, la actitud frente a los árbitros, el decálogo de comportamiento de David Arellano, con especial énfasis en la disciplina. Colo Colo fue un club adelantado a su época.
En muchos aspectos. El motivo de dejar Magallanes, aunque sus fundadores no lo dijeron, se debió a que sus jugadores no recibían nada de las recaudaciones del club. Y creían tener derecho a participar de los beneficios que ellos mismos producían.
Dieron comienzo al profesionalismo, entonces encubierto y oficializado en 1933.
Y el lunes pasado los garreros (¿o sería el narco?) celebraron inundando varias ciudades de fuegos artificiales.
Eso no es romántico, seguramente. Pero por todo lo anterior, en el caso de Colo Colo, creo que el tiempo pasado fue mejor.