En la ANFP hay preocupación, porque uno de los suyos está en líos judiciales. No es uno cualquiera, es acaso el mejor de todos, por aplicado, rápido y eficiente.
Es Unión La Calera, ejemplo de Sociedad Anónima Deportiva, que a nivel simbólico reemplazó la antigua insignia de un club, que de la modestia de la provincia saltó a las copas internacionales.
¿Cómo se hizo? Gracias a sus dueños, que son una empresa argentina, gente ducha en variados campos, léase representación, gestión y know how en general, donde el actual gerente, Martín Iribarne, durante la presidencia de Sebastián Moreno, integró el directorio de la ANFP.
El primer paso es un club, y el segundo, obviamente, ingresar a las habitaciones mayores.
El fútbol chileno, por lo demás y desde siempre, fue intervenido (por decirlo así) por jugadores argentinos; en este momento también por entrenadores y lo de la ANFP parece inevitable.
En el espejo, entonces, junto al reflejo de Unión La Calera, está la ANFP y su historia, que incluye a Sergio Jadue en ambas instituciones, cómo no, fue el único, escrito está.
En el ombligo del huracán, Nicolás Ambrosio, amigo y compatriota de Iribarne, y de profesión country manager de Aerolab, según le dijo a la jueza, y la jueza, es probable, no lo entendió.
En concreto: se le acusa de suplantar la identidad del arquero Alexis Martín Arias.
En un hotel de Vitacura, antes de viajar a Colombia y frente al personal de Laboratorios Etcheverry. Luego con la enfermera Sheryam, primero en Concón y en el domicilio del gerente Iribarne, y posteriormente en la sede del laboratorio, donde Sheryam creía dos cosas equivocadas: que Iribarne era dueño del club y que Ambrosio era Martín Arias.
El asunto se descubrió, cuando otra enfermera, la señorita Janice, realizó la toma de muestras. Ella conocía al verdadero Martín Arias, porque viajó hasta su residencia en calle La Luna, de nuevo en Concón, y le realizó el examen en su hogar.
A las semanas y en la sede del laboratorio, Janice efectuó un llamado a viva voz, porque no lo había visto en la sala de espera.
—Señor Alexis Martín Arias, pase al box, por favor.
La frase es una recreación, por cierto.
La persona que se puso de pie, ingresó y tomó asiento, era un desconocido para Janice, segura de dos cosas, pero ahora ciertas: era un ser humano, pero no era el arquero de Unión La Calera.
Janice le solicitó al desconocido que esperara un cachito, porque iba y volvía. Fue donde la secretaria, donde su jefe y trajo a su colega Sheryam que, de más está decirlo, no lo podía creer.
El proceso partió el pasado viernes. Hay que esperar 90 días para conocer la verdad judicial. ¿Importa el destino final de un country manager de Aerolab?
La verdad es que no, lo que importa son las Sociedades Anónimas Deportivas y su modelo chileno de negocio oscuro y laxo, con brotes de empresa y pillería, donde se adivina la naturaleza tránsfuga y el clima de los bajos fondos.