Aprendí a sentir cariño por la Democracia Cristiana desde muy niño. Tengo parientes y amigos muy queridos que fueron o son militantes de ese partido. Casi podría decir que el idioma de los democratacristianos me sonaba como una lengua materna.
Pero hoy ya no comprendo lo que hablan. Escucho a Matías Walker, o a Yasna Provoste, o a Fuad Chahin, o a Francisco Huenchumilla, o a Ximena Rincón y necesito subtítulos.
Lo de Matías Walker esta semana fue insólito. Cuando el tercer retiro de fondos para la vejez vía reforma permanente a la Constitución parecía desbarrancado, él salió al rescate. Cuando el PC, el Frente Amplio y hasta Pamela Jiles ya daban por perdida esa batalla, Matías Walker apareció —como esa mano que asoma en la última escena de las películas de terror de bajo presupuesto— para darle una nueva chance.
¡Matías Walker logró adelantar a la izquierda… por la izquierda! Impresionante. Y ustedes que pensaban que el más chicho de los Walker no se manejaba. El hombre se maneja, solo que lo hace por la calzada del frente. Espero que nunca tenga que conducir por una carretera británica. Sería letal.
Pero antes hubo otros camaradas suyos de la DC que hicieron cosas parecidas. ¿Se acuerdan cuando Yasna Provoste selló una alianza con el “embajador honorario póstumo de Chávez en Chile”, Alejandro Navarro, y con el caballero de barba blanca de No+AFP para proponer “nacionalizar” el dinero de los fondos de pensiones? ¿Es decir, para que el Estado se quedara con el 10% multiplicado por 10 del dinero? ¿Y recuerdan cuando ella misma participó en reuniones con el Grupo de Puebla, que es un organismo de viudas y viudos de Hugo Chávez y Fidel?
Pero otros camaradas no lo han hecho nada de mal. El audio desaforado del presidente del partido, Fuad Chahin, quien llamó a “darle con todo” al Gobierno a propósito de ya-no-me-acuerdo-qué, es bastante elocuente para mostrar los nuevos modales de los líderes de la DC. Qué dirían el elegante conde Gabriel Valdés, el afable “hermano” Bernardo Leighton y “don Pato”, siempre gentil y sonriente?
La vocación de partido de centro, moderado, dialogante, sereno, equilibrado (cuando Chile más lo requiere), no se ve en Francisco Huenchumilla tampoco, quien siempre está listo para salir a embestir y no ha ayudado a que la agenda de seguridad y antiviolencia avance en el Senado.
Ni Ximena Rincón ha sido un factor de templanza. Entre su amistad con Felices y Forrados, que claramente buscan destruir el sistema, y sus halagos gratuitos al comunista Daniel Jadue, queda claro que hace rato se fue del centro.
Antes se usaba el dicho que uno era “más papista que el Papa”. ¿Cómo sería el dicho en el caso de la DC actual? ¿Serían “más socialistas que sus socios del PS”? ¿O se pasaron ya al mero comunismo?
¿Qué idioma habla hoy la DC? ¿Lenguas muertas, como el idioma marxista? ¿Es eso?
Es que los “demo” ya no son “demo” por “democracia”. El “demo” actual es más de “demo-lición”, como si se hubiesen comprado la teoría de la retroexcavadora de Quintana y los otros.
Los actuales líderes hicieron que la DC se pusiera roja, como la izquierda.
A mis familiares y amigos “demo”, en tanto, los veo que también se han ido poniendo rojos… pero de vergüenza.