Señor Director:

El profesor Hernán Corral advierte con razón el acto expropiatorio en que incurriría el Estado de Chile al confiscar los fondos previsionales que, por concepto de precio, los contratantes de pensiones en UF cedimos libre y voluntariamente a compañías de seguro bajo la modalidad de rentas vitalicias.

A los diputados de la comisión de Constitución, proponentes de dicha reforma constitucional, les digo: “¡No me ayuden, compadres!”. En primer lugar, esos dineros pertenecen a las compañías y no me gusta la idea de recibir platas robadas.

Además, hay una razón muy práctica para no cambiar el sistema actual: llevo más de 30 años recibiendo una pensión modesta, pero pagada puntualmente, reajustada en UF. La seguiré percibiendo aunque viva 100 años y pasará por un tiempo a mis herederos después de mi muerte. La fórmula que los diputados me ofrecen no me da esa garantía de permanencia y me deja en una situación muy vulnerable, semejante a la que afecta a mis amigos argentinos ancianos.

En este caso, la ética y la conveniencia apuntan a rechazar esta pésima iniciativa.

Joaquín García-Huidobro E.
Agricultor, Región del Maule