Justamente porque el humor está cambiando y lo que antes hacía reír hoy es considerado inadmisible por las nuevas generaciones, Mega reemplazó “Morandé con compañía” por “Mi barrio”. Realizado por la misma productora del programa que por años lideró las noches de fin de semana, el nuevo espacio conservó a varios de los personajes de su predecesor y sumó a figuras del área dramática del canal. Pero el aggiornamento no fue suficiente. Bastó un aparentemente inofensivo (y poco gracioso) sketch que parodió a la banda de K-pop BTS para que la furia juvenil se desatara en Twitter.
El asunto escaló a nivel internacional porque justo hoy está en alza un movimiento que intenta frenar el racismo contra los asiáticos (Stop Asian Hate), y en Chile el CNTV se llenó de denuncias. Es imposible no recordar la cantidad de veces que el “Jappening con Ja” hizo números parecidos. Pero los tiempos son otros y se hace evidente la necesidad de incorporar más mentes juveniles a los equipos de guionistas.
Más allá de lo ocurrido en el primer capítulo, “Mi barrio” pareció apretar las mismas teclas de humor de “Morandé con compañía”. Está la historia de Miguelito (Hans Malpartida) y su mamá (Paola Troncoso), que ahora muestra la aparición de su papá (Carlos Díaz). También, el almacén, con una nueva dueña, que encarna Solange Lackington.
Los segmentos que mostraron cierta renovación fueron los que aludieron a la contingencia, con acertadas imitaciones de Fernando Godoy al ministro de Salud, Enrique Paris, y de Felipe Parra al doctor Sebastián Ugarte. Asimismo, hizo reír una parodia a un debate televisivo que mostró a políticos íntimos amigos, pero que frente a las cámaras se sacaban los ojos. Este debut tuvo un rating promedio de 12,4 puntos, cifra muy similar a las del espacio animado por Kike Morandé. Fue líder de audiencia en el horario nocturno del día sábado, aunque quedó al debe en la apuesta humorística.
Otro estreno fue “Políticamente incorrecto”, el viernes en la noche en La Red. El programa es liderado por los comediantes Belén Mora y Toto Acuña, quienes emigraron desde “Morandé con compañía” con el deseo de hacer un humor más contingente y mordaz. En efecto, lo mostrado en su primer capítulo los deja como herederos del humor que hacía Yerko Puchento en Canal 13. Quizás menos hiriente, pero con el mismo afán de golpear a las esferas de poder.
Este programa mostró momentos graciosos, como una entrevista al caballo del general Manuel Baquedano. La promesa de este espacio es equilibrar la balanza de su contenido hacia todos los grupos políticos y sociales; es decir, reírse de todos por igual. Faltó ese equilibrio, pero se vislumbró un intento de tocar a distintos sectores. Su audiencia promedio del viernes fue de 3,3 puntos, que no es malo para La Red en ese horario. Luego, se repitió el sábado en el mismo horario, logrando un menor rating.
Ambos espacios se propusieron una renovación en el humor, pero el desafío no es fácil para ninguno. Si algo ha cambiado son las expresiones válidas para hacer reír. La TV abierta apunta a un público amplio, que es muy fácil tropezar en este empeño.